martes, septiembre 27, 2005

Onetti y los paisajes invisibles


Onetti

27-09-05:

La mañana. Las primeras líneas. El café. El agua. El poema por leer y el poema por escribir. Las cosas que se despiertan. La luz que se atrasa un poco. El paisaje invisible. El tiempo.

El Turco Najul hablará el próximo sábado de Literatura y Medicina en la clínica Razetti. Fue invitado por Vicente Guerrero para participar en un foro junto con Raúl Díaz Castañeda y Orlando Pichardo. Piensa el Turco leer unas páginas en las que Groucho Marx relata una visita al médico. Me pareció estupenda esa escogencia. Será, incluso, una grouchada inesperada en el ambiente.

Le sugerí al Turco que revisara también otros materiales para que los llevara debajo de la manga, por si acaso. Así, le mencioné que el médico como personaje destacado de algunas obras literarias no me parecía mal tema. Le referí, entonces, a Díaz Grey, un médico de Onetti, borracho y desolado, que en sus momentos de distracción hacía de hombre de ciencia y ejercía su profesión. No olvidaré nunca el final de uno de los primeros capítulos de Juntacadáveres, donde Díaz Grey recuerda “paisajes invisibles” ni tampoco su consultorio en La vida breve, desde donde contempla la llegada del río y las calles sinuosas de la ciudad fundada por Brausen.

Ahora que lo pienso, me digo que debe haber un largo estudio académico sobre este gran médico de la narrativa latinoamericana, así como diversas tesis y tesinas en universidades de Norteamérica sobre su imaginario existencial. Adivino títulos: “El arquetipo hipocrático en la obra de Juan Carlos Onetti”, “Díaz Grey o la soledad profunda del médico”, “La semiótica de la medicina y de la literatura en una alianza onettiana”, “Poesía y medicina en la Santa María de Onetti”, “Díaz Grey, mitología de un médico novelista escéptico y humano”, “El médico de Santa María y el suicidio”, “Díaz Grey y la etiología de la soledad”, etc.

El Turco pareció interesado en el doctor Díaz Grey y en su ficción melancólica dentro de la ficción onettiana. Ahora copio el fragmento que recordé ayer y paso a contemplar mi propio paisaje invisible:

"Friolento y saltando en el asiento trasero del coche, Díaz Grey olvidó la jornada mientras recordaba sensaciones de otros paisajes invisibles, de otras travesías nocturnas en inviernos lluviosos, de rostros y ademanes, de soledades, de repentinas y cortas creencias. Desde hacía muchos años su memoria era impersonal; evocaba seres y circunstancias, significados transparentes para su intuición, antiguos errores y premoniciones, con el puro placer de entregarse a sueños elegidos por absurdos"

(Juan Carlos Onetti, Juntacadáveres)

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