domingo, noviembre 16, 2008

Munch: un lugar común del desespero



Veo en Film&Arts un cuadro de Munch titulado Cuatro muchachas paradas en el puente. El comentario habla de “los poderosos colores del fauvismo”. Destacan los vestidos de las mujeres. La escena corresponde a un día de verano en Noruega. ¿O es de noche? En verdad, es una noche blanca del verano.
No se le ve la cara a las mujeres, salvo a una que mira al espectador, pero que es poseedora de un pequeño detalle: carece por completo de rostro. Hay 16 versiones del cuadro. En una de ellas esa mujer tiene rostro.
“En el escenario misógino de Munch las mujeres se convertían en vampiros y Salomés, seductoras y asesinas...”. Eso dice ahora el comentarista, ilustrando con palabras otro cuadro.
Munch vivió 81 años. Tuvo el honor de ser incluido por los nazis dentro del salón de “arte degenerado”.
Es famosísimo y terrible su cuadro “El grito”, casi un lugar común del desespero.

martes, agosto 05, 2008

El monstruo verde


En realidad no sé bien dónde me encuentro. Lo cierto es que nunca salgo de esta extraña casa, con numerosos pasadizos y con salas abarrotadas de libros. No me acompañan ni muebles ni animales. Todas las puertas (que por cierto, son muchas) permanecen abiertas día y noche. Sé que en la calle hablan de mí y se tejen historias increíbles sobre mi origen. Han dicho que soy un minotauro y que estoy sentenciado a muerte. Nada más lejos de lo verosímil. Con frecuencia ritual y calculada, alguien, a quien nunca he visto, me toma en sus manos y me obliga a entretenerle por varias horas. De alguna manera ese es mi alimento: servirle a las personas. Alguien ha anunciado mi redención. Desde entonces deseo que ésta ocurra pronto. Mientras tanto, sigo en el centro de la casa.
Es domingo. El sol está entrando por el balcón. Unas manos que conozco entran por mí y no me encuentran.
-Cuchi, ¿dónde está el monstruo verde?
-Se lo llevó Luisana para Mérida.
Otras manos, secretamente, pasan mis páginas.

miércoles, julio 09, 2008

Alienación, consumo y espectáculo

Karl Marx

Recuperar el sentido de las palabras es recuperar también una práctica de higiene intelectual que la hojarasca de ciertas modas ha querido abolir. Usemos de una vez uno de los conceptos convocados por este encuentro: venimos de un largo y extenso proceso de alienación, merced al cual hemos perdido hasta nuestro territorio más entrañable: la palabra.

Ya no llamamos a las cosas por su nombre ni empleamos los viejos vocablos que sirvieron, gracias al esfuerzo intelectual de pensadores como Karl Marx, para iluminar las zonas más oscuras de la realidad social. Abandonamos expresiones como "sociedad de consumo", "alienación", "lucha de clases", por sesentosas o anticuadas. No hablamos. "Comunicamos". Y si hablamos no es para decir cosas, sino para señalar imágenes en este reino del espectáculo en que nos movemos, o en que nos mueven, para ser más exactos.

Estar alienado es dejar de pertenecer a una memoria, a una tradición, a una cultura, a uno mismo. Es el desarraigo total, condición indispensable para que prospere la hegemonía demoledora del capitalismo y para que el consumo nos consuma vertiginosamente, como la tecnolatría lo ordena. El consumo es, simultáneamente, un acto de posesión y de desposesión. No establecemos una relación verdadera con nada. El mercado nos obliga al desecho inminente. La inercia de su funcionamiento es irrefrenable y la autodegradacion es su lema.

Muy lejos estamos del vínculo que antaño podíamos establecer con lugares, seres y cosas de nuestro afecto. Una normalidad patológica nos circunda. Uniformamos lenguajes, programas educativos, opiniones y hasta sueños, según el código legitimado en nuestras democracias del consenso y de la cohesión. Nada que ver con la belleza del personaje de una película que ahora recuerdo. Me refiero al viejo ex-marino de En construcción (filme del español José Luis Guerín) capaz de invertir la lógica del mercado y de transformar la basura en una maravilla cotidiana. Cartonero o recogelatas del barrio chino de Barcelona (hoy Raval), el adorable viejo de la película va sacando de su bolso tesoros y tesoros que llenan su vida y que gracias a su imaginación lo concilian con el mundo y le permiten tener “caprichos de gente caprichosa” y no burda y tediosamente el objeto de moda que se compró el vecino.

domingo, julio 06, 2008

De ingratitudes y telenovelas

En People en español apareció en marzo de este año una nota firmada por Miriam Giglio en la que, entre otras cosas, dijo esto acerca de las heroínas de las telenovelas:

"INGRatItuD, tu nombre es heroína
Las protagonistas de las telenovelas han cambiado mucho en los últimos años, ya no son niñas buenas, sino mujeres desagradecidas...

Si hiciéramos una lista de las virtudes de una heroína de telenovelas, la gratitud no estaría incluida. Serán virtuosas y generosas, pero las heroínas son unas ingratas. Tratan mejor a sus enemigos, que a quienes las ayudan".

(03 de marzo, 2008. Miriam Giglio/ Cd. de México).
En la foto: Susana González, actriz zacatecana.

martes, junio 10, 2008

Botánica funeraria

La Recoleta

Hay una rama de la botánica de cuya existencia tuve noticias leyendo las espléndidas memorias de Joan Perucho: la botánica funeraria. Con motivo de una visita suya al Père-Lachaise, Perucho destaca la belleza de la decoración vegetal del famoso cementerio y recuerda a su paisano Celestí Barallat, a quien llama “el primer tratadista del mundo en botánica funeraria”.
Según Barallat, las plantas aspiran las emanaciones pútridas y purifican el aire. Pero no son sólo sus hojas las encargadas de esta limpieza fúnebre. También las raíces hacen lo suyo: “se dirigen siempre hacia el lado de las tumbas, llegan hasta perforar los ataúdes y se ocupan incesantemente en absorber los productos de descomposición a medida que se forman, librando de este modo la superficie del suelo de sus perniciosos efectos”. Perucho nos informa que esto lo escribió Barallat en su libro Principios de botánica funeraria, publicado en Barcelona, en 1885.
Barallat i Falguera “era abogado, erudito sensible que llegó a ser miembro y secretario de la Reial Academia de Bones Lletres de Barcelona y miembro de la Junta de Cementerios”. Murió, según la ley fatal del azar concurrente, el día de los difuntos del año 1905. Aunque parezca una genial invención de Joan Perucho (fundador junto a Gimferrer de una “Academia de Ficticios”), Celestí Barallat existió para mayor gloria de los jardines lóbregos.

P.D: Joan Perucho, a su vez, es autor de una "Botánica Oculta", deliciosa y mágica.

sábado, junio 07, 2008

Valente y la tarde

"Esas amapolas, esas...". Guillén

La tarde se parece a un poema de Valente,
por la luz que se cuela entre las hojas,
por el agua que está lavando sin prisa esta mirada.

Un eco aquí de las tristezas nuestras

El Greco. Retrato de Paravicino

Luis Cernuda le habló un día a Fray Hortensio Félix Paravicino.
El encuentro de estos dos españoles del exilio eterno tuvo lugar en Boston.


Luis Cernuda le preguntó:
“¿También tu aquí, hermano, amigo,/ maestro, en este limbo?”.


Después fue recreando el paisaje que el fraile contempla
desde el instante en que el Greco dio por concluido su retrato portentoso:


“...aquel paisaje bronco
de rocas y de encinas, verde todo y moreno,
en azul contrastado a la distancia,
de un contorno tan neto que parece triste”.


Los dos exiliados intercambiaron ausencias.


Cerró el encuentro un verso inesperado:


Un eco aquí de las tristezas nuestras”.


Y ahí, en esa frase,
quedaba dicho todo.

viernes, mayo 23, 2008

De mis asuntos a mi corazón

Beata Beatrix

23-05-08: Viernes, día regido por la divinidad que entreteje en la selva el cuerpo de los amantes. Lo recordó Borges en Cambridge, un día dominado por la divinidad literaria que enlaza secretamente la memoria en los espejos. Comienza el descanso. Comienza por fin el descanso a las siete de la noche cuando ya estoy en la casa, después de una semana interminable. Comienza el recuento de la semana. Mejor dicho, comienzan a retornar las imágenes de estos días intensos. “Retornar” es un decir. Esas imágenes no se habían ido. Gravitan en mí.

Primero, la mañana ante unas cámaras y la cortesía e inteligencia de un entrevistador. Después, librerías. Café en una de ellas. Conversación amistosa y afectiva. Pasa el tiempo rápido y veo ahora a Gustavo Pereira con su esposa, sus hijos, sus hermanos y su nieto. Están en el lobby del Hotel Alba Caracas. Se toman fotos. Están felices. La familia del poeta es como el poeta: alegre y amable. Nos saludamos y abrazamos. Y vienen más imágenes. Estoy en el Teresa Carreño y oigo a los poetas extranjeros invitados al Festival Mundial de la Poesía. Me agradan la lectura del francés Ludovic Janvier y de un italiano. El primero recita más que lee y pone en aprietos al lector venezolano de la traducción (Luis Alberto Crespo). Luis Alberto sale airoso. Me emociona el poeta de Angola. Espero con interés al colombiano Roca y al ecuatoriano Madrid. Me decepcionan un poco, pero sé que no escogieron el poema adecuado para esta apertura. Ellos son muy superiores a su lectura del lunes. Lee un brasileño, una islandesa (interesante) y muchos más.

Llegan también las imágenes del martes y paso a otro escenario. Voy, entonces, de mi corazón a mis asuntos. Estoy en la Universidad Bolivariana y espero el inicio de las jornadas sobre educación superior. Me encuentro con RR. Conversamos animadamente sobre su pasantía por la UNESCO. Van llegando los profesores de la UNEY. Saludos. Saludos y saludos. Viene la instalación. Vienen las conferencias. Brilla la brasileña Ana Lucia. De ella me había hablado Miguel Rojas-Mix. Al final me le acerco. La felicito. Le digo que tenemos un amigo común. Y le doy el nombre. Se alegra y me pregunta cómo me llamo. Cuando le respondo me dice que ya me conoce, precisamente, por el amigo común. Vienen ahora las mesas de trabajo. Me toca la mesa 1, encargada de trabajar el tema del contexto mundial y regional de la educación superior. Buen inicio. Buenas intervenciones (Ovidio). Receso (...). Discurre espléndida la tarde. La noche llega con poesía en el Celarg. Yo llego solo y temprano a mi descanso.

Las imágenes del miércoles serán las del trabajo gustoso. Cunde la amistad y concluye nuestra mesa. Poesía que se comparte y se revela.

El jueves en la UNEY nos visita la tristeza. Muere el padre de un gran compañero. Muere de repente el padre de Manzanilla. Se le cantan salves a la Cruz en su memoria.

Regreso a Barquisimeto y viene el viernes, que es hoy, con la febril indagación de los poemas. En San Felipe, el ministro y el alto funcionario olímpico. Acompañamos a Manzanilla en el cementerio y el día vuelve a combinar su ajetreo con las confluencias inesperadas y exactas del azar.

sábado, mayo 03, 2008

Vuelven las morochas Minh Thai


Las morochas Minh Thai se están cayendo de la borrachera. Digo que ya no hay fuerza humana capaz de sostenerlas, pero miento. Ellas mismas poseen esa fuerza. Casi se caen, pero no se caen. Vuelven sobre sí mismas y siguen como nuevas su camino por la Rue de Buci, trastabillando. Son un milagro en la memoria parisina. Luisana les puso nombre una noche y yo no las olvido.

domingo, abril 27, 2008

Tocar la puerta no es entrar


Hoy en el parque del Este vimos tres periquitos carasucia, un carpintero y un cardenalito. Suficiente para comenzar bien el día.

Pienso que podría ensayar algún haikú para el cardenalito:

Rojo en la rama.
El día se detuvo hoy
silencioso en sus plumas
.

Pero no es fácil. Ya sé que no me salió lo que quería. Tendría que ser algo más redondo y no el inicio de una frase que se interrumpe. El haikú debe parecerse a un enigma, pero a un enigma completo, es decir, a un enigma que incluya su respuesta.

Quieto en su rama,
me sorprendió en el parque.
Silencio y fulgor.

Pensativa. Roja
en la rama seca,
la belleza tiene alas.


Nada. Que no sale ni vuela. Toco lo puerta, pero no entro. Tal vez me aproxime al tono, pero no al efecto que busco. Debería insistir, como todo poeta que se respete, pero ¿lo soy yo? y si lo fuera, ¿me respeto, acaso? Creo que lo que a veces respeto es la idea de no ser poeta de verdad. Que se me perdonen, entonces, las ocasiones en que desacato esa conciencia. Como la de hoy, por ejemplo.

sábado, abril 19, 2008

Octavio Paz murió inmortal

Foto de Paulina Lavista

Hoy se cumplen diez años de la muerte de Octavio Paz. Busco en la memoria unos versos suyos para insertarlos en un inolvidable párrafo de Borges y cometer el arbitrio de un homenaje personal que los enlace:

El río es un tiempo que se curva, avanza, retrocede, da un rodeo y llega siempre, pero Octavio Paz es ese río encarnado de la literatura mexicana. El tiempo es un tigre que me destroza, pero Octavio Paz es ese tigre en el horóscopo chino. El tiempo es un fuego que me consume, pero Octavio Paz es ese fuego de cada día.

domingo, abril 13, 2008

Cardenalito


Hoy, como todos los días, Cuchi y yo caminamos en el parque del Este. El martes pasado tuvimos la dicha de ver a un cardenalito que posaba, quieto y misterioso, en su rama. Desde entonces, cada mañana llevo la esperanza de reencontrar su límpida belleza inesperada, el gesto sereno de su prodigio inalcanzable.

Hoy estaba, antiguo e invisible.

domingo, abril 06, 2008

Garcilaso


El poeta inicia su trabajo con un prólogo
donde se alude con fuerza a la palabra,
y al secreto de la bellísima voz a ti debida.

Es una voz –se sabe- que detiene las aguas del olvido
y que redime a un hombre que, sin dejar la espada,
la pluma tomó
para escribir endecasílabos.

Por el Tajo innumerable su palabra
me conduce a la espesura.

Y desde la cumbre donde Toledo asombra,
“de antiguos edificios adornada”,
el poeta sorprende al lector de su Egloga tercera,
en el preciso instante en que un verso
acaba de abolir su desamparo.

Lectura


Noche de lectura en mi casa de la 17. Me dejaba llevar por las palabras, sobre todo por aquellas que no entendía y que me iba diciendo a media voz. Esas palabras me iluminaban sin saber por qué. No importaba saberlo. Las leía en poemas que me siguieron gustando durante mucho tiempo. Eran poemas insomnes. Yo tomaba café y me internaba en la penumbra.

Después recuerdo un laberinto, un laberinto que leía en voz alta, ya en la mañana. Allí se hablaba de la muerte de Ariadna. Y a mí me gustaba Ariadna S, la distante Ariadna que vivía en la 18...

sábado, marzo 29, 2008

Briceño Guerrero cuenta


1. Briceño Guerrero estuvo dos días en la UNEY. Tal vez pueda decir que la UNEY también estuvo dos días en Briceño Guerrero. Lo podría afirmar porque creo que hubo conexión verdadera entre nosotros. Presenté los libros suyos que editó José Gregorio Vásquez, buen amigo nuestro (mío y de Cuchi). Briceño respondió la presentación con generosas y emotivas palabras. Y con algo más: relató el curso que siguió uno de sus primeros libros, Dóulos Oukóon. En Puerto Rico se formó una secta de lectores en la que se aseguraba que el autor de ese libro era un extraterrestre. Cuando uno de sus miembros fue a Mérida y comprobó que el autor vivía allí y era profesor de la ULA, llegó a la conclusión indeclinable de que el extraterrestre se hacía llamar José Manuel Briceño Guerrero.
La visita del maestro a la UNEY ocurrió el jueves pasado. Hoy es sábado. Todavía gravita intensamente su presencia. Creo que seguirá siendo así durante mucho tiempo. Briceño inició un curso sobre cultura e identidad en América Latina el jueves a las 4 p.m. y lo concluyó ayer, a las seis de la tarde, pero volverá pronto.

2. El jueves cumplí años. El azar concurrente me regaló ese día la presencia de Briceño Guerrero. Briceño debió venir a la UNEY hace un mes (o poco más), pero se enfermó y el médico le indicó la inconveniencia de viajar por avión. Briceño vive en Mérida. El mismo día (o el día anterior) previsto para el viaje de Briceño se produjo la más espantosa tragedia aérea de los últimos tiempos en Venezuela. Apenas despegó del aeropuerto de Mérida, un avión de la línea Santa Bárbara se estrelló contra una montaña. Briceño estaba en su casa, recuperándose de una leve dolencia. Se reprogramó entonces el curso preparado por nosotros y fue esta semana cuando vino Briceño, por tierra. Llegó a la UNEY el 27 de marzo, día de mi cumpleaños.

3. BEC fue mi compañera de estudios en cuarto y quinto año de bachillerato. Fue, realmente, mi única cómplice en el acto (inconcebible, quizá, para el año 1967) de darle el nombre de Rafael Cadenas a nuestra promoción de bachilleres. La recuerdo blanca como su nombre y con un largo y despeinado pelo negro. Mi condiscípulo Diógenes Macías llegó a llamarla, con cariñosa irreverencia barquisimetana, “La Divina Pastora”. Supe en ese tiempo que BEC provenía por su rama materna de la familia Duin Anzola. Un día estuve en su casa, en la 19 (si mi memoria no inventa) y el nombre de María Inés Duin se me grabó, sin saber exactamente de quién se trataba dentro del árbol genealógico de mi compañera. BEC y yo nos fuimos de Barquisimeto a estudiar en la UCV. Ella, Psicología. Yo, Derecho. Nos veíamos muy poco los primeros años de nuestra vida universitaria, pese a la vecindad de las Escuelas. Saludos amistosos y cada quien en lo suyo. Alguna vez dejamos de vernos y puedo decir que hasta el sol de hoy no he vuelto a encontrarme con la inteligente amiga. El jueves pasado en San Felipe, cuando íbamos hacia la posada Momentos, Briceño Guerrero mencionó a un amigo suyo de la adolescencia llamado Leopoldo Veloz. Al oír el nombre le referí que mi compañero mexicano del Comité Jurídico de la OEA me había dicho hace poco que en los cincuenta conoció a un barquisimetano exiliado, de apellido Veloz. “Podría ser Leopoldo, pero no sé…”, me respondió Briceño. Comenzó entonces a hablar de su amigo Veloz recordando que era hijo de María Inés Duin Anzola de Veloz. Al mencionar a María Inés me acordé de BEC y se lo referí a Briceño. La conozco, me dijo. ¿Cuál es el parentesco de BEC con los Duin Anzola?, le pregunté. Con su respuesta arribo al centro inefable de mi relato, a mi verdadera inepcia de diarista. Resulta que Briceño volvió a su recuerdo de Leopoldo y me contó cuanto sigue:
“Un día la hermana de Leopoldo pidió permiso en su casa para ir a ver a un mago que había llegado a Barquisimeto. El padre le dio el permiso, pero sólo si la acompañaba su hermano Leopoldo. Yo, como amigo de Leopoldo, me sumé a la compañía protectora. Fuimos hasta el lugar donde el mago atendía. Entramos. Cuando el mago leyó la mano de la hermana de Leopoldo le dijo de manera determinante que ella se iba a casar esa misma tarde. ´¿Pero si yo no tengo novio´? alegó la joven. ´Eso no importa´ afirmó el mago y de modo inmediato y tajante pasó a despejar cualquier incertidumbre: ´Es que usted dentro de unas pocas horas se va a casar conmigo´. Y así fue. Después de superar fácilmente la frágil oposición de los chaperones y la nerviosa persecución del padre de la criatura, el hábil mago consumó con éxito su rapto. Los novios se fueron de Venezuela, hicieron actos de magia en Centroamérica y tuvieron una hija”.

Cuando Briceño terminó su relato ya no hubo dudas para mí: BEC, mi compañera de bachillerato, era la hija del mago.

4. “Cuanto he tomado por victoria es sólo humo”. Como recordarán algunos, la frase anterior es un verso de Rafael Cadenas. BEC, hija de magos y nieta de María Inés Duin, usó ese verso para invitar a nuestra graduación de bachilleres en 1967.

5. Conocí a finales de los setenta a Carmen Duin Anzola en su cama de enferma. No recuerdo si le pregunté por BEC. Sólo recuerdo que Carmen, por encima de la esclerosis múltiple, era una fuerza inenarrable.

domingo, marzo 09, 2008

Cooke, qué grande sos, cuánto valés

El Pocho y el Bebe

Hace 50 años estuvieron estos dos en Caracas.
Hoy saludo a Cooke.
El que quiera entender que entienda.