Domingo de pájaros y en casa. La costumbre me lleva hacia el balcón. Está nublado. Al cedro se le han caído ya las hojas. Me veo en un ritual doméstico, en una intimidad que me redime a diario, mientras hace su trabajo el tiempo. Sé que siempre ha tenido razón Lezama Lima: para el poema guarda el jardín un secreto en geranio convertido. Se trata nada más de poner atención y de sentirse vivo.
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