REVERON. Paisaje con cocoteros
No sé cuándo estuvo Josep Carner en nuestro Macuto. Más aún: no tengo el dato exacto de que haya estado allí. Lo cierto es que escribió un poema irradiante titulado Els cocoters de Macuto, incluido en ese hermoso libro suyo vegetal (Arbres) que prologó Manent. En Cuba también hay un lugar con ese nombre, y es conocido el periplo que como diplomático y desterrado tuvo Carner en América Latina (Costa Rica primero y México después). El poema no indica con exactitud el sitio, pero sí –y mucho- que está frente al mar. Así, uno puede imaginar que fue el más célebre Macuto del Caribe (el nuestro) el lugar donde vio Carner esos cocoteros cuyas hojas serían los regios abanicos que alegraron sus futuros días bajo la niebla.
Dijo Manent que Carner tenía a veces la matizada precisión de un Vermeer para describir escenas domésticas. Al recordar los cocoteros de Macuto, creo que algún destello de Reverón acompañó a Carner:
“…ben ruixats per la claror”.
ELS COCOTERS DE MACUTO
Vaig veure un dia a Macuto
per un present de l'atzar,
quatre cocoters en rengle
aturats davant la mar.
Eren sols davant les ones,
ben ruixats per la claror,
com columnes oblidades
o fermalls de l'horitzó.
S'expandien en llur èxtasi
com si no els veiés ningú;
espaiats, al cel somreien,
tots germans, sol cadascú.
Ran de terra, ja es torçaven,
dolçament al sol girats.
Els ventalls de trenta reines
sostenien delicats.
Però, patges, fora via,
ells van créixer amb tant deler,
que sols dees sobre un núvol
els ventalls podran haver.
Eren quatre, i en renglera
contra el blau, prodigis d'or.
Quan seré sota la boira
m'assolellaran el cor.
JOSEP CARNER
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