martes, febrero 03, 2015

Carlos Noguera y sus Laberintos


Portada de Laberintos y una de las ilustraciones de Santiago Pol
 
En caravana, como dice el tango, los recuerdos pasan. Al enterarme hace un rato de la muerte de Carlos Noguera, pasaron varios. Los dejo para otra ocasión, salvo uno: un recuerdo de lector. Era el año 1967. Había ido a Caracas y visitado las Librerías Cosmos y Centro, de donde me traje algunos libros de jóvenes poetas. No los compré al azar ni por recomendación de los buenos libreros que entonces existían. Los busqué, porque había leído –y me interesaron- en revistas o en suplementos literarios, algunos textos de esos autores. Uno de ellos era Carlos Noguera. Su libro me fascinó. Era Laberintos, editado por En Haa y “compuesto durante los años 1961-64”, como anotó Carlos en la dedicatoria dirigida a tres personas a las que nombra sólo con las iniciales: JB, MC y JN. Supongo, como suponen todos, que JB es José Balza, su amigo entrañable, y que JN corresponde a Jorge Nunes, otro de sus cercanos compañeros de entonces. Quizá me atreva a decir, pero no con la misma seguridad, que MC es Marina Castro, porque vi su nombre alguna vez entre las colaboradoras de la revista En Haa. Lo cierto es que la editorial, el prologuista (Balza) y la dedicatoria, conformaban una clarísima seña de identidad grupal y literaria. También el libro me reveló a un artista: Santiago Pol. Sus ilustraciones me resultan inolvidables porque forman parte de los laberintos. 
 

Bien. Estoy en mi habitación. Ya he leído muchísimas veces el final del poema (porque es un poema largo, no varios poemas). Me atrevo a decirlo en voz alta. Me siento en Creta, la región del laberinto. Ya no pienso en los mitos que apenas vislumbro. Son las palabras las que conjuro. Incluso, la palabra “conjuro” en el poema. Es el laberinto verbal lo que me atrae, su música perenne.
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No sé si Laberintos ha sido reeditado. En todo caso, creo que no es muy conocido ahora. Estoy seguro de que al leerlo, más de una sorpresa se llevarían lectores de todas las edades o generaciones.
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Recuerdos aparte, creo que la muerte de Carlos Noguera no sólo es una pérdida para la literatura venezolana. También lo es para nuestra actual necesidad de convivencia. Carlos sabía hacer algo que en estos tiempos de discordias no es nada fácil: hablar y oír serenamente.

miércoles, enero 14, 2015

La Divina Pastora


Leonardo Figueroa. Divina Pastora
La buscamos en Santa Rosa para que nos acompañe por un tiempo, conforme al pacto divino que nos permite estar bajo su manto.  

Hoy es el día de nuestra fiesta mayor, el día en que el misterio del alma nos ilumina, creyentes como somos de una belleza venerada que nos orienta en secreto. 

En campos de zafiro, la Divina Pastora pasce estrellas 

Dios te salve, reina y madre.
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BARQUISIMETO ES UNA FIESTA

“Un barquisimetano puede creerse ateo, pero cree en la Divina Pastora”.
Con esa frase inicia Salvador Garmendia una bella estampa sobre lo que significa el 14 de enero en la ciudad de sus memorias de Altagracia. Poco antes de ir a Santa Rosa para nuestro ritual de siempre, comparto esas líneas pastoreñas de Salvador:
 Para el niño que fui hace muchos años, esos días divinopastoriles eran un estado de gracia, que transformaba nuestras desoladas calles en alegres y despreocupados ríos humanos en permanente ebullición festiva. Los señores en sus limusinas paseaban al crepúsculo, las bandas resonaban en las plazas, había arcos de palmas en las esquinas, todas las ventanas estaban abiertas, las salas de las casas olían a trementina y a flores cortadas, mientras los personajes de la calle mostraban sus harapos milagrosamente renovados y limpios, como si la Virgen los tocara al pasar… 
(…) 
Por las noches era difícil conciliar el sueño. Demasiadas emociones apretadas en un solo día y la ilusión de que todo había cambiado y que la vida iba a ser una fiesta de ahora en adelante… Sólo que la realidad volvía una semana después, los aromas de la calle desaparecían y eran sustituidos por una emanación acaso más cercana a nosotros, que dejaba a su paso algún arreo de burros o una yunta de bueyes. El tiempo se dormía en las calles. Barquisimeto era otra vez nuestra pequeña ciudad apacible. La Pastora volvería el año entrante 
Salvador Garmendia 
 (Ayer, hoy y siempre en el libro Así es Barquisimeto, Edit. Diagrama, Caracas, 1994)

sábado, octubre 25, 2014

Dos por uno o una anotación ginebrina


 
Lo visité una vez en Plainpalais. Esa tarde, en el pequeño cementerio, le pedí a una joven pareja (un sacerdote católico y una mujer) que me hicieran una foto al lado de la lápida. Les pasé mi cámara y ella, amablemente, la tomó. De inmediato compensé el favor. Me entregaron un teléfono y pude captarlos, abrazados y sonrientes. Se alejaron, agradecidos. Él, de negro. Ella, de azul. Iban como jugando. Reían. Yo seguí en la tumba por unos minutos. Se acercó un hombre joven, alto, rubio, de blue jean. Sabía qué buscaba, pues no indagó en ninguna otra de las lápidas. Hizo unas fotos a la famosa piedra y se retiró, imperturbable, ensimismado. Lo vi salir. Cruzó la calle, hacia la derecha. En el pequeño cementerio sólo quedábamos el cura, su pareja, unos muchachos que fumaban a lo lejos, en un banco semicircular, y yo, pensando en Noruega y también en Ramos Sucre. Eran casi las seis de la tarde. Salí.  

Buscando el tranvía, caminé una larga cuadra y me topé con una sinagoga. La sinagoga fue el anuncio de otra aparición. No lo podía creer: dos lugares suyos tan próximos. Yo, que había buscado uno solo, encontraba dos. La supuesta escena del involuntario estreno sexual se habría dado en una habitación de la casa que ahora tenía enfrente. En una esquina, la sinagoga, y en la otra, esa vivienda del suceso que ha hecho las delicias de la psiquiatría y de los biógrafos. Como él mismo diría: los dioses me fueron propicios. 

Para retornar a mi hotel, satisfecho de la incursión, continué en busca del tranvía. Sólo anduve unos metros. Después del azar concurrente, la precisión ginebrina: tenía enfrente el tranvía.

miércoles, septiembre 24, 2014

Esto no es una reseña


David Markson
 
Paseo por las páginas de Esto no es una novela de David Markson y siento que la podemos ir armando a nuestro arbitrio. Podemos también imaginar otra novela, la que está escrita entre líneas, cuyo hilo conductor es la muerte y que tiene como personaje principal al Escritor mismo. También podríamos aceptar literalmente el título y no andar buscándole proyecciones. Al fin y al cabo, proviene de Magritte y ya Foucault se encargó de hacernos el trabajo.
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Markson lee partidas de defunción y las resume en una línea, sólo para indicar la causa de la muerte de escritores, artistas, filósofos e ilustres personajes. A veces es preciso: “Boris Pasternak evidentemente murió de un cáncer pulmonar que se había extendido hasta la zona del corazón”. Otras, se remite a la conjetura: “Giambattista Vico murió de lo que parece haber sido Alzheimer”.
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David Markson juega con la intriga: 

Unos doce años después de ‘Berlin Alexanderplatz, viviendo de limosnas como refugiado de guerra en Californa, Alfred Döblin se postuló para una beca Guggenheim. Con una recomendación de Thomas Mann.  

Adivinen”.
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Encuentro que Luisana había marcado esta cita, mucho antes de junio de este año: “La vida consiste en lo que una persona se pasa el día pensando”. Es de Emerson. Presumo que Luisana tuvo una premonición… 

Adivinen, argentinamente adivinen.
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Markson gusta de las travesuras y de ciertos dardos literarios. Así, a propósito de la muerte de Dylan Thomas, menciona “los versos incomparablemente horribles de Kenneth Rexroth”, de quien sabemos por el mismo Markson (¿quién más?) que “murió de un ataque al corazón”.  

A la memoria de Dylan Thomas, Malcolm Lowry y Markson libaron con ginebra y dijeron: 

“Muerto el sábado.
 Enterrado el domingo”.
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David Markson fue admirador y amigo íntimo de Malcolm Lowry. De él tomó esta ironía: 

Anotación al pasar de Malcolm Lowry, en la que describe una visita a la habitación que usaba De Quincey en Lake District: 

Prohibido fumar”.
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La anécdota quedó en mi memoria, pero no el nombre de Markson. Lo olvidé. Fue a mediados de los ochenta, cuando el afán por leer sobre Malcolm Lowry me llevó a una famosa biografía: la de Douglas Day. En sus primeras páginas encontré la indeleble escena del borracho absoluto: Lowry no consigue la botella de ginebra, porque su anfitrión, que ha salido, la ha puesto a buen resguardo. Pero ¿qué es eso para el tenaz dipsómano? Un simple desafío a su imaginación. Así, cuando regresa el dueño de la casa, Lowry lo recibe sonriente, diciéndole: “Te voy a contar una historia divertida”. Por el aroma inconfundible, ya el anfitrión lo sabía. Malcolm se había bebido completo su frasco de “loción para después de afeitarse”. El anfitrión era, por supuesto, David Markson.
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El nombre de David Markson sí lo grabé con la lectura de un libro de Néstor Braunstein sobre la memoria (Memoria y espanto). Todavía la cita me resulta fascinante. En el capítulo dedicado a Virgina Woolf, Braunstein explica la relación de la mujer con el espejo, mediante un monólogo tomado de una novela de David Markson: La amante de Wittgenstein. Braunstein la califica de “excelente” y cita este fragmento: 

Una vez, en la Galería Borghese, en Roma, firmé un espejo.
 Lo hice en uno de los baños para damas, con lápiz de labios.
 Lo que firmaba, por supuesto, era una imagen de mí misma.
 Sin embargo, cualquier otro que hubiese mirado ahí, donde estaba mi firma, la hubiese visto debajo de la imagen de otra persona.
 Sin duda yo no lo hubiese firmado, si hubiese habido otra persona para mirarla.
 Aunque, de hecho, el nombre que puse era Giotto.
 Dicho sea de paso, en esta casa hay un solo espejo.
 Lo que el espejo refleja, naturalmente, es una imagen de mí misma.
 Aunque, en realidad, lo que también se refleja, una y otra vez, es una imagen de mi madre.
 Lo que sucederá es que miraré en el espejo y por un instante veré a mi madre devolviéndome la mirada.
 Sin embargo, me veré a mí misma en el mismo instante. En otras palabras, todo lo que estoy realmente viendo es la imagen de mi madre en la mía propia.
 Supongo que esta ilusión es bastante común y que viene con los años.
 Lo que quiere decir que no es ni siquiera una ilusión, puesto que la herencia es la herencia”.  

No especulemos.
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Vuelvo a Esto no es una novela. El Escritor menciona sus achaques y se despide melancólico: 

Después salgo de noche a pintar la estrellas.
 Dice una carta de Van Gogh. 

Adiós y sean amables”.
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David Markson falleció en el 2010. No pude imitarlo en esa frase, porque desconozco la causa de su muerte.  

 P.D: Agradezco al buen amigo Matías Zolla, de la editorial La Bestia Equilátera, el haber puesto en mis manos un ejemplar de Esto no es una novela, que es, por cierto, el segundo título de Markson publicado por ese formidable sello. La traducción es de Laura Wittner.

sábado, agosto 02, 2014

La casa sagrada


Zurbarán. La casa de Nazaret. Museo de Cleveland


Tenía que ser John Berger quien pensara en la actualidad de Palestina, al mirar una de las cálidas escenas domésticas de Zurbarán. Después de confesar su profunda antipatía por la institución religiosa para la cual trabajó el gran pintor de Fuente de Cantos, Berger explica por qué a él, que está tan lejos del culto de los mártires, lo conmueve Zurbarán. Pasó mucho tiempo sin saberlo, pero un día pudo descubrir que la magia estaba en los oficios de la casa y en los pequeños objetos que la habitan, amorosamente mirados por el artista.
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La ropa limpia y planchada, la mesa dispuesta y las flores que irradian, le permiten a Berger apreciar en Zurbarán un atento adorador de rincones, esos íntimos y hermosos refugios del hogar que a veces  olvidamos.
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Berger nos invita a pasar a La Casa Sagrada de Nazaret (está en Cleveland). Quiere mostrarnos el cuadro y decirnos que “allí María imagina el futuro”, que “tiene un dedal en el dedo medio de la mano derecha y una lágrima junto a la nariz”, que “a la izquierda, su hijo Jesús se ha pinchado un dedo confeccionando una corona de espinas” y que no dejemos de apreciar la mesa de cocina.  

Nos pide que observemos que “hacia la derecha de la pata de la mesa, en el territorio de la madre, el espacio continúa siendo el de un cuarto familiar”, mientras que “de las rodillas para arriba, el niño está colocado en un espacio indefinible, abierto a los ángeles”. Afirma Berger que esos dos espacios corresponden a dos tiempos: “a la izquierda, el tiempo de la profecía” y a la derecha, el día y la noche cotidianos. Hay un tiempo horadado, nos dice, “como el dedo del niño, pinchado por la espina”.
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Acabo de leer la noticia de que la tregua de tres días en Gaza se quedó en 90 minutos y que “a las nueve y media de la mañana ya se libraban combates entre las tropas israelíes y las milicias palestinas al sur de la Franja”.
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Dejo el periódico y vuelvo a John Berger, quien ahora nos dice: 

Es la visión del niño lo que hace que la madre esté tan pensativa. Esa visión le recuerda el futuro. Prevé su destino. Y, sin embargo, ella no lo mira. En términos espaciales, ella no mira en dirección al niño. Somos nosotros quienes vemos ambos espacios. Ella, aunque confinada a uno solo, sabe”.
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La noticia de hoy, agregaba: “Israel bombardeó duramente diversas posiciones en la región sureña donde asegura que se produjo la captura. En esos ataques murieron 54 palestinos. Los combates y los bombardeos se extendieron después a todo el enclave costero palestino. Ocho cohetes disparados desde Gaza impactaron en Israel”.
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Ahora no dejaré de escuchar a mi guía en Cleveland. No volveré a interrumpirlo: 

Las madres de Nazaret que hoy prevén el destino trágico de sus hijos son las madres palestinas. Digo esto para pensar en el siglo en que estamos viviendo. ¿Qué significa Zurbarán en el mundo contemporáneo? 

Zurbarán vuelve a hablarnos hoy porque pinta las cosas –cosas que podríamos encontrar en un mercado de pulgas- con una concentración y un cuidado que nos recuerdan que alguna vez fueron sagradas”.
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“Fueron sagradas”, repito, como la abuela Amelia, y se hace este silencio...

miércoles, junio 18, 2014

El gran Cocodrilo y el fútbol


Efraín Huerta con sus hijos Andrea, David y Eugenia
 
Después de responderle -por puro azar- la pregunta que me hizo para ser admitido como cliente, el gran librero de la “Madero” atendió con humor todas mis demandas. Una de ellas era la de un libro de David Huerta. Cuando oyó ese nombre, dijo de inmediato: “El hijo del gran Cocodrilo” y me explicó el porqué del sobrenombre que todo el mundo le daba a Efraín Huerta, el poeta que llamó a Sor Juana, “maliciosa doncella de las nubes”.  

Enrique Fuentes (así se llama el legendario librero del DF), me habló entonces del “cocodrilismo”, una corriente literaria ideada y promovida por el autor de la “Declaración de odio” a la Ciudad de México y que, de algún modo, gravitaría después en Roberto Bolaño y los “irrealistas”. Bien. Ese escritor (que declaraba odiar), sustentaba su espíritu “en un amor por sus semejantes” que impregnó toda su obra, como lo dice la nota que precede sus textos en la memorable antología Poesía en movimiento, prologada por Paz y elaborada por éste, Pacheco, Chumacero y Aridjis.   

Hoy Efraín Huerta está de cumpleaños. Para celebrar sus “cien”, México develará la próxima semana en la Avenida Juárez un cocodrilo, como declaración de amor a su poeta. La escultura la hizo Juan Manuel de la Rosa.
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Para no salirme de la fiesta futbolera que ayer prendió el imbatible portero Ochoa en el Zócalo, se me ocurre volver hoy a un curioso ensayo de Efraín Huerta, en el que se enlazan con gracia, deporte y literatura. La primera estampa de ese divertidísimo paseo, es, precisamente, de fútbol y revela, entre otras cosas, el olfato que tenía Huerta para pescar maravillas. Se la dedica a Onetti y acá está: 

En una despaciosa página de El astillero (Casa de las Américas, La Habana, 1968), al regresar Larsen (Juntacadáveres) a la casilla al lado de sus amigos y de aquella mujer, Juan Carlos Onetti bordea el hastía de esta manera: ´Y luchaban contra el silencio, torpes, con la primera frase de sentido heroico que podían componer o recordar: Es problemática la inclusión de Labruna´. 

Onetti sale de su gabinete y traslada –brinco mortal- la sordidez de su relato al aire abierto del estadio de fútbol. Los hombres hallan la ´frase de sentido heroico´, y se atormentan pensando si el formidable delantero Angel Labruna será incluido en el juego que mañana habrá de celebrarse en el Estadio Centenario de la ciudad de Montevideo. Su inclusión es problemática… 

Honores para el Gran Cocodrilo centenario.

miércoles, mayo 21, 2014

Medios digitales y narrativa interactica (entrevista con Grahame Weinbren)


Grahame Weinbren

Patricia Machado

La revolución de las nuevas tecnologías ha impactado todas las áreas de la comunicación. Sin embargo, es poco lo que la narrativa ha cambiado en comparación con los cambios tecnológicos. Una de las áreas que ha generado mayor interés es la del llamado cine interactivo, una modalidad que intenta involucrar al espectador con un rol menos pasivo en la experiencia fílmica. Para una investigación llevada a cabo por Patricia Machado, comunicadora social barquisimetana, acerca de la narrativa en los medios digitales, se realizó una entrevista en línea con Grahame Weinbren. Para este blog es un honor presentar la versión en español de esa importante entrevista. A continuación, el texto completo de la misma:  
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Por PATRICIA MACHADO

Grahame Weinbren ha sido reconocido como pionero del cine interactivo. Ha realizado películas e instalaciones para proyecciones de cine interactivo  por mas de 30 años. Sus cortos en alta definición “Letters” fueron exhibidos en el festival del Berlín de 2008 y en la Bienal de San José Zero1 en el 2010. Ha estado escribiendo y dictado conferencia sobre interactividad, cine y nuevos medios por tres décadas. Actualmente Weinbren realiza su trabajo académico y de investigación en la  Escuela de Artes Visuales de Nueva York  y es el Editor Jefe de la revista Millennium Film.
 
1)      ¿Cuales son a su juicio las principales diferencias entre la narrativa de los nuevos medios y las formas tradicionales de narración?

Interpreto esta pregunta como focalizada en la narrativa o capacidad de contar historias a través de los nuevos medios más que en el lenguaje. Ciertamente es el caso que solo una pequeña porción del trabajo en los nuevos medios esta abocada a la narrativa. Me parece  que la mayoría del trabajo en los medios  que se basan  en las nuevas tecnologías depende de estructuras de bases de datos, las cuales son fundamentalmente diferentes  en comparación con otras estructuras narrativas,  a pesar de lo que proclama Lev  Manovich. Una base de datos, tal como es almacenada en el drive de  una computadora, puede ser segmentada, manipulada y navegada de muchas formas  diferentes, de manera que la data, que puede estar en la forma de fotografías, textos, películas, sonidos o cualquier entidad que pueda ser matemáticamente modelada, (es decir codificada), es asequible en cualquier secuencia o de acuerdo con cualquier regla o principio. Creo que es la posibilidad del acceso al azar lo que distingue el trabajo de los nuevos medios, esto hace posible no solo la interactividad sino también, múltiples arreglos temporales o espaciales para un determinado conjunto de datos.  Si usted cree, tal como yo creo, que la secuencia en que un material es presentado, constituye un componente mayor de su efecto (o para usar un termino mas limitado su “significado”), entonces la importancia del acceso al azar (ramdon access) es  fundamental. Para una mayor discusión ver mi ensayo sobre este tema en: http://www.heise.de/tp/artikel/6/6113/1.html

2)      El rápido crecimiento de los nuevos medios ¿Tendrá un impacto duradero sobre formas de expresión artística tradicionales como la literatura o el cine? ¿Cuáles serian esos impactos? 

Me temo que rara vez tengo algo que decir acerca del futuro. Es suficientemente duro encontrar sentido en el presente y el pasado inmediato. El futuro esta mucho más allá de lo que soy capaz de pensar. 

3)      Algunos analistas han enfatizado la no-linealidad como una de las características distintivas de la narrativa de los nuevos medios. ¿Ve usted algunas ventajas o desventajas en las narrativas no-lineares? 

Por una parte, las estructuras narrativas no-lineares, o como yo prefiero llamarlas, estructuras narrativas multilineales, no están restringidas a los nuevos medios. La estructura de trabajos de ficción muy tempranos, como es el caso de “Las Mil y una noches” , transcrito por primera ves en el siglo XIII, es distintivamente multilineal, con Sheherazade adoptando la voz de un narrador tras otro mientras narra un cuento, dentro de un cuento, dentro de otro cuento. Mas aun el movimiento literario de los años 1970s y 1980s, conocido como “ficción postmoderna”,  que incluye autores como John Bart, Graham Swift, Salman Rushdie, Julio Cortázar,  Ítalo Calvino y muchos otros, con frecuencia demanda que uno trate a un libro como  a una base de datos no-lineal,  saltando de pagina a pagina mas que hiendo de comienzo a fin de una manera ordenada. Sin embargo, uno podría argumentar que este enfoque multilineal hacia la ficción, es una respuesta al surgimiento del computador como el medio universal para estructurar, almacenar y retirar información. Argumentare en la próxima sección que la información organizada en flujos multilineales o módulos  es un mejor reflejo de la manera en que nuestras mentes trabajan  que los medios basados en formas de serie lineales.  En consecuencia creo   que el trabajo multilineal es un modelo mas efectivo de nuestros recuerdos, percepciones y anticipaciones,  esperanzas, temores, lamentos y de las relaciones entre estos estados mentales. Si esto permite proveer un escape mas placentero de las duras realidades de la vida momento a momento es otro asunto.
 
4 La Interactividad es otro rasgo asociado con la narrativa de los nuevos medios. Desde su perspectiva, ¿Cuál es la importancia de la interactividad y como la incorpora usted a su trabajo? 

He producido seis instalaciones de cine interactivo entre 1982 y el 2005. Estaba interesado en desarrollar estructuras temporales  que pudiesen capturar la narrativa de una manera que reflejase de una forma más cercana la experiencia humana, en comparación con narrativas cinematográficas tradicionales, las cuales tienden a una cierta linealidad, reforzada, en cierta forma, por las limitaciones del medio, por ejemplo su rígido marco temporal y  la forma misma del film, con un comienzo y un final claramente definidos.  Yo creía, y todavía creo, que es posible  para una estructura narrativa multilineal,  proveer la misma satisfacción que el cine tradicional pero al mismo tiempo capturar un rango mas amplio de emociones y experiencia. En la vida, percibimos,  pero también actuamos y nuestros actos tienen un efecto en lo que percibimos. La pregunta a través de mis investigaciones sobre la narrativa interactiva  era indagar acerca de si es posible construir una narrativa cinematográfica, sobre la cual el espectador pudiese actuar,  pero conformada de manera tal  que todavía retuviese el poder e involucración de la narrativa cinematográfica. Hacia los primeros años y mediados de los años noventa, la industria de los videojuegos tomo esta búsqueda y tuvo éxito  pero al costo de reducir aun mas el rango de emociones disponibles para el jugador.  Los juegos de video están construidos con los valores del capitalismo tardío: adquisición y destrucción. Pero son mucho más atrayentes  para sus jugadores de lo que las películas podrán ser alguna vez. Sin embargo, mi idea un tanto inocente (“naive”) de ampliar el rango y poder del cine ha quedado ociosa, tanto por los video juegos pero mas aun por la adopción de interactividad “point and click” empleado a través del mundo  por los usuarios de computadores. La “interactividad”  describe una relación especifica con el computador y es demasiado común y ordinaria para ser usada de una manera innovadora y significativa. La interactividad ha perdido su marca distintiva, no provoca interés, especialmente por que se basa en un modelo de escogencia entre alternativas (como en las compras por internet) mas que en una respuesta a lo que se encuentra en la pantalla,  o en una conversación entre el creador y el usuario por medio de imágenes, sonidos y textos controlados por el computador. En este punto, no es posible reinventar la interactividad en cuanto al modelo de respuesta, cuando es la libre escogencia capitalista lo que los usuarios esperan. Para una discusión más extensa, por favor vean mi ensayo en: 
 

5 Las formas tradicionales de adaptación de creaciones literarias para la producción audiovisual, con frecuencia se basan en la llamada estructura Aristotélica. ¿Que nuevos elementos son necesarios para hacer adaptaciones efectivas de trabajos literarios a los nuevos medios? 

La estructura aristotélica, vendida a Hollywood tan efectivamente y de ahí alrededor del mundo por Robert Mackee y otros, representa una incomprensión tanto de la Poética Aristotélica como de la  noción de una efectiva estructura de narración cinemática. El trabajo de Peter Brook  “Reading for the Plot” es infinitamente superior en su comprensión de las estructuras narrativas. Las películas de Hollywood fueron débiles y predecibles en los años noventa debido a la influencia dañina de Mackee. Afortunadamente ya  hemos superado eso, veamos sino películas como “Inception”, “The Matrix” y “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. 

(Versión en Español: Patricia Machado,  2011, como parte de su investigación sobre la narrativa en los medios digitales)