martes, abril 10, 2007

Robinson Jeffers en Punta Carmelo


10-04-07: Abro un libro. Es una antología de Robinson Jeffers, publicada en México por Libros del Umbral. La traducción al castellano es de Alberto López Fernández y Pablo Soler Frost. Antes lo había traducido Agustí Bartra, según informa Soler Frost en la introducción a este volumen. En ella, por cierto, se cita el poema que Czeslaw Milosz le dedicó a Jeffers.

Poeta de la costa californiana, este norteamericano conservador que admiraba profundamente a Whitman creyó que “sentir y hablar de la asombrosa belleza de las cosas -tierra, piedra y agua, hombre y mujer, sol, luna y estrellas- … es el único asunto de la poesía”. Lo acabo de leer en su poema La belleza de las cosas.

Disfruto nuevamente los versos de Robinson Jeffers que le sirvieron de epígrafe a Wichy Nogueras para un estupendo poema que también debe a Jeffers el memorable título. Amar al cisne salvaje sigue siendo una bellísima divisa.

Copio el poema de Jeffers:

AMA AL CISNE SALVAJE

“Odio mis versos, cada línea, cada palabra.
Oh pálidos y frágiles lápices intentando siempre
la curvatura de una hoja de hierba o la garganta de un pájaro
que se suspende en la rama, erizado contra un blanco cielo.
Oh quebrados y crepusculares espejos siempre por atrapar
un color, un raudo destello del esplendor de las cosas.
Cazador desafortunado, oh balas de cera,
la belleza del león, las alas del cisne salvaje, la tormenta de las alas”.

-Este cisne salvaje del mundo no es presa de cazadores.
Mejores balas que las tuyas errarían el blanco pecho,
mejores espejos que los tuyos se quebrarían en la flama.
¿Acaso importa que te odies a ti mismo? Cuando menos
ama tus ojos que pueden ver, tu mente que puede
oír la música, el trueno de las alas. Ama al cisne salvaje.


Anoto un topónimo de Jeffers: Punta Carmelo (“Este hermoso lugar desfigurado por un brote de casas suburbanas, qué hermoso cuando por primera vez lo contemplamos”).

Nos vemos en Punta Carmelo.

lunes, abril 09, 2007

Jauretche y la "inteligentzia" de siempre


Leo a Jauretche, intragable para ciertos argentinos, pero necesario. Reviso páginas de varios de sus libros. Pasión y lucidez. A veces, más lo primero que lo segundo, pero siempre interesante, inteligente, divertido.

Con un ligero retoque en fechas, nombres y lugares, algunas páginas de Arturo Jauretche podrían parecer escritas para recusar a los intelectuales venezolanos que alguna vez fueron de izquierda, y que hoy, junto a viejos adalides de la derecha, tienen la avilantez inexplicable de atribuirse el monopolio de la inteligencia. Si hacemos el ejercicio indicado obtendríamos un elocuente ensayo acerca del "antichavismo culto" que ejercen los ilustres rastacueros criollos, incluidos aquellos que se defienden diciendo que sólo los imbéciles no cambian de opinión, como si se tratara de eso simplemente y no de ideales, como si se tratara de pareceres y no de valores. Nada nuevo bajo el sol.

Copio a Jauretche:

“Hubo un sector de la clase media que se sintió el más agredido. La ´inteligentzia´, desde el profesor universitario al maestro de escuela, pasando por el grueso de los profesionales, periodistas, artistas, se resintió en su subjetividad de depositario de la ´cultura´ y fabricó una interpretación a la medida de sus aptitudes, de izquierda a derecha, y sin que sus diferencias doctrinarias impidieran la unanimidad del pensamiento. // (…) Así, Perón era indistintamente Franco, Hitler, Mussolini, Rosas o Facundo (…) Lo que no se les ocurrió, ni se les podrá ocurrir nunca, era que se trataba de un hecho original y propio del país y de una transformación inevitable que estaba en la naturaleza de las modificaciones en las formas de la producción y del consumo. // Esta interpretación del hecho por la ´inteligentzia´ común a la izquierda y a la derecha, revela existencia de una plataforma mental que no está dada por las ideologías particulares, sino por presupuestos generales que las unifican en un status de compenetración recíproca y convivencia que se repite cada vez que se encuentra frente al país real. Fue la repetición, a escala más grande porque era más profundo el proceso, de la actitud que adoptó la ´inteligentzia´ frente al yrigoyenismo en su oportunidad”.

(Arturo Jauretche, El medio pelo argentino)

viernes, abril 06, 2007

Compañero del hombre

Me fumo un habano. Es un cohiba (el año pasado me traje una caja que hoy abrí). Estoy disfrutándolo lentamente, como debe ser. Humo y olor.

Una vieja sensación se apodera de mí. La reconozco pero no sé definirla. La gozo. Impregno con ella el cuarto.

Como dijo alguien, fumo mi habano con los cinco sentidos. Lo huelo, lo toco, lo oigo, lo miro y lo saboreo. Y es puro puro mi habano solitario de esta tarde. Por él asisto a una antigua ceremonia. Por él puedo saludar sin miedo a Proserpina.

Compañero del hombre lo llamó Martí.