sábado, diciembre 30, 2006

Bajo tu clara sombra

Waterhouse. Ariadna

Me hizo feliz el hecho de que varios alumnos se hayan aprendido de memoria las palabras que la señora Rialta le dijo a José Cemí cuando regresaba del peligro: “Mientras esperaba tu regreso, pensaba en tu padre y pensaba en ti, rezaba el rosario y me decía: ¿Qué le diré a mi hijo cuando regrese de ese peligro? El paso de cada cuenta del rosario era el ruego de que una voluntad secreta te acompañase a lo largo de la vida, que siguieses un punto, una palabra, que tuvieses siempre una obsesión que te llevase siempre a buscar lo que se manifiesta y lo que se oculta...”.

Me alegró que la lectura de unos versos de Sánchez Rosillo haya provocado por unos instantes la particular epifanía de la belleza. En esos versos el poeta de Murcia se convierte en César Franck y confiesa su amor secreto por la bella Augusta Holmes, señora tentación del siglo XIX.

Celebré que mis alumnos asistieran al momento en que Octavio Paz escribió su carta a la desconocida, y que estuvieran ahí, cuando el poeta cortó unas flores, y que lo siguieran cuando se llevó la carta y las flores, que finalmente dejó, furtivo, en una casa extraña y solitaria.

Celebro ahora la alegría que todos sentimos cuando comprobamos que la carta de Octavio Paz llegó a su destino y que la desconocida encarnó en una mujer, en La India, bajo la sombra sacra de un árbol nim.

Me asomo a la ventana de este cuarto de Martín Castillo Morales y miro árboles nim.

(FCC. Anotaciones después de clase)

viernes, diciembre 29, 2006

Todavía tenemos a Pavese

Cesare Pavese

Esto escribió Pavese en su diario el 29 de diciembre de 1949:

“¿Te ha dado envidia la fama americana de Vittorini? No. Yo no tengo prisa. Lo venceré con el tiempo. En el fondo, Vittorini ha sido la voz (anticipada –y esto es lo grande) del período clandestino –amores desnudos y vitales, abstractos furores que se encarnan, todos con misiones heroicas. Ha presentido la época y le ha dado su mito. Como D`Annuzio presintió la época `imperial` y la `civilización literaria` del ventennio. Ambos tienen y tuvieron madera de portavoz. Crearon un estilo de vida, de decir, de sentir, de hacer. Tú aspiras a un estilo de ser”.
Tres días después, el 1 de enero de 1950, Pavese hizo en su diario esta anotación:

“Roma es un corrillo de mozalbetes que esperan a que les limpien los zapatos.

Paseo matutino. Hermoso sol. Pero ¿dónde están las impresiones del 45-46? Recobré a duras penas algunos atisbos, pero nada nuevo.

Roma calla. Ni las piedras ni las plantas dicen gran cosa. Aquel invierno estupendo; bajo la claridad punzante, las bayas de Leucó. La historia de siempre. Hasta el dolor, el suicidio, constituían vida, estupor, tensión. En el fondo, en los grandes períodos has sentido siempre la tentación suicida. Te habías abandonado. Te habías despojado de la armadura. Eras un niño.

La idea del suicidio era una protesta de vida. ¡Qué muerte no querer ya morir!”


El 27 de agosto de ese año, 1950, Cesare Pavese se instaló en la habitación 49 (tercer piso) del Hotel Roma de Turín e ingirió la cantidad suficiente de barbitúricos para que viniera la muerte y tuviera sus ojos.
Hoy, leyendo un estupendo ensayo en el que Pavese habla de socialismo y cultura, recordé de pronto al poeta Acevedo. Un día, Angel Eduardo, ante la queja de que en Venezuela no había novelistas, deslizó esta frase indeleble: "Para qué esa quejadera si tenemos a Pavese".
¡Y todavía tenemos a Pavese!

miércoles, diciembre 27, 2006

Puig Antich y el necesario desolvido




26-12-06: Día de San Esteban. La mañana está fresca.

Acabo de leer en la edición digital de El País una noticia que me trajo el recuerdo de una mañana nublada del año 74 en Barcelona. Sería el mes de marzo. No lo preciso en este momento. Lo cierto es que era sábado y caminando por las Ramblas me enteré de que habían ejecutado a Puig Antich. Compré el periódico en el que venía la noticia. Yo había seguido el caso por la prensa y me temía el fatal desenlace. Sabía que iba a indignarme mucho. Y así fue. Me fui a la casa y escribí de inmediato una nota que titulé “España urgente”. La envié poco después al diario Punto en Venezuela, firmada con un pseudónimo: Héctor Hernández. El breve artículo fue publicado a los pocos días. Creo que comenzaba diciendo que "los verdugos oficiales de España vuelven a tener trabajo" y que uno de ellos había llegado el viernes a Barcelona para accionar el “garrote vil” contra un joven catalán a quien acusaban de haber dado muerte a un policía, cuando todo indicaba que Puig Antich había participado en un enfrentamiento y, por supuesto, se había defendido.

La noticia que me trajo hoy ese recuerdo refiere que las hermanas de Puig Antich han pedido de nuevo la revisión del juicio que condenó a muerte a Salvador. Tienen ya localizado a un testigo clave: el médico que le hizo la autopsia al policía. Al parecer, hay versiones contradictorias sobre esa muerte y es posible ahora conocer la verdad. ¡Albricias! Según las versiones de entonces, del arma empleada por Puig Antich salieron tres balas, pero el cuerpo del policía estaba “cosido a balazos”. ¿Quién le hizo los otros disparos? A pesar de todo eso, la nota de El País no es optimista. Y es que existe una tendencia -que parece tener peso en la alta magistratura- de no revisar sentencias del pasado, bajo el argumento hipócrita de que es necesario “olvidar”. Mejor dicho, de que es necesario dejarse embaucar por “el paquete chileno” (de algunos chilenos), conforme al cual lo sano es la “concertación”, no importando para nada las heridas abiertas en la familia de las víctimas, ni la verdad, ni la historia, ni, en fin, los seres humanos.

Sobre el caso de Puig Antich se hacen ahora películas. Espero que pronto también se haga justicia.

P.D: Hará unos cinco años, leyendo una de las novelas "menores" de Muñoz Molina (El dueño del secreto), también vino a mi memoria la mañana nublada que siguió a la ejecución de Puig Antich. En una de sus páginas el protagonista ve un periódico y se entera del vil garrotazo. Por un momento sentí que yo era ese personaje, aunque hubiera estado en Barcelona y no en Madrid, sitio donde Muñoz Molina desarrolla su historia.

martes, diciembre 26, 2006

Recordando a Alejo Carpentier


Alejo Carpentier nació un 26 de diciembre. Hoy estaría cumpliendo 102 años. En su reino del otro mundo debe ser aplaudido por lo que conquistó en éste.

En su memoria apuntemos hoy un párrafo inolvidable de su maravillosa novela haitiana:

“...la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse Tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo”.

El primero de enero de Octavio Paz

Octavio Paz un 31 de diciembre se propuso, como siempre, inventar el nuevo año desde la poesía. Y lo inventó. Esta es su apariencia:

PRIMERO DE ENERO

Las puertas del año se abren,
como las del lenguaje,
hacia lo desconocido.
Anoche me dijiste:
mañana
habrá que trazar unos signos,
dibujar un paisaje, tejer una trama
sobre la doble página
del papel y del día.
Mañana habrá que inventar,
de nuevo,
la realidad de este mundo.

Ya tarde abrí los ojos.
Por el segundo de un segundo
sentí lo que el azteca,
acechando
desde el peñón del promontorio,
por las rendijas de los horizontes,
el incierto regreso del tiempo.

No, el año había regresado.
Llenaba todo el cuarto
y casi lo palpaban mis miradas.
El tiempo, sin nuestra ayuda,
había puesto,
en un orden idéntico al de ayer,
casas en la calle vacía,
nieve sobre las casas,
silencio sobre la nieve.

Tú estabas a mi lado,
aún dormida.
El día te había inventado
pero tú no aceptabas todavía
tu invención en este día.
Quizá tampoco la mía.
Tú estabas en otro día.

Estabas a mi lado
y yo te veía, como nieve,
dormida entre las apariencias.
El tiempo sin nuestra ayuda,
inventa casas, calles, árboles,
mujeres dormidas.

Cuando abras los ojos
caminaremos, de nuevo,
entre las horas y sus invenciones
y al demorarnos en las apariencias
daremos fe del tiempo y sus conjugaciones.
Abriremos las puertas de este
día,
entraremos en lo desconocido.

OCTAVIO PAZ
(Arbol Adentro)

domingo, diciembre 24, 2006

Feliz navidad y un poema

Octavio Paz

Para todos mis amigos, para todos los lectores de este blog, una feliz navidad

y un poema de O.P.

HERMANDAD (Homenaje a Claudio Ptolomeo)

Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.

Octavio Paz

jueves, diciembre 21, 2006

¡Están tocando el manducumán!




16-12-06: Releo algunas páginas de El reino de este mundo. Asisto de nuevo al suicidio de Henri Christophe. El monarca, apopléjico, abandonado ya por su guardia personal, se pasea por el palacio apoyándose en las paredes que se le hacen inmensas y en los espaldares tristes y vacíos de las sillas. Está asistiendo a la ceremonia de su gran derrota. Para sorpresa y enojo de Christophe, lo que está sonando afuera es el “manducumán”, tocado por sus granaderos en un sorpresivo cambio de tercio.

En el alma sombría de Christophe retumba en este instante la más absoluta soledad. Bate su bicornio contra el suelo y se prepara para morir “de bruces en su propia sangre”.

Haití: un tabú permanente, un interdicto cultural, un castigo racista por la pesadilla que antaño le causaran a la “civilización” los esclavos rebeldes de Saint Domingue.

Haití: una palabra taína que significa “montañoso”.

Haití: una poderosa presencia de Africa, llena de reales maravillas, de belleza y sangre.

21-12-06: Soñé anoche que tenía una pesadilla y que le decía a Cuchi que me despertara. “Tengo una pesadilla, despiértame”. Así le decía y Cuchi no me escuchaba. Finalmente lo hizo y me desperté dentro del sueño. El sueño no se interrumpió. Seguí soñando. Soñaba esta vez que me explicaba el origen de la pesadilla y que se lo atribuía a una reciente lectura acerca del vodú. La frase de Henri Christophe en El reino de este mundo había sido el inicio de todo: “¡Están tocando el manducumán!”.

Me desperté y para seguir durmiendo sin más sobresaltos decidí no pensar más en Haití.

sábado, diciembre 16, 2006

jueves, diciembre 14, 2006

Buoninsegna


Duccio di Buoninsegna. Bodas de Caná

Se había levantado muy temprano esa mañana. Debía completar la escena, multiplicar el tiempo y el vino.

Ese día el príncipe de los pintores de Siena encontró el punto exacto de la serenidad.

miércoles, diciembre 13, 2006

Nostalgia del piantao


Piantao

La ciudad sin Laura hace un año.

La emoción de descubrir sus calles, sus tardecitas.

La foto de Martín. La guía de Maito.

Y la sonrisa de la señora tracia ante el piantao de Arenales (no se ve, pero se oye).

Hace un año, digo.

¡Cómo recordarse cuerdo en Buenos Aires!

sábado, noviembre 25, 2006

Historias tristes de los reyes


Carlos II, El Hechizado.

«El Príncipe parece bastante débil; muestra signos de
degeneración; tiene flemones en las mejillas, la cabeza
llena de costras y el cuello le supura.»

(De una nota del Embajador de Francia a Luis XIV, pocos días después del nacimiento de Carlos).


"El Rey es más pequeño que gande, flaco, no mal construido... de cuello largo, rostro largo, mandíbula larga y como vuelta hacia arriba, labio inferior austríaco, cabeza grande, ojos turquesa y complexión delicada. Tiene un mirar melancólico y un tanto pasmado. Sus cabellos son rubios y largos..."

(Nuncio Apostólico, 1686).


"No se aplica a nada, y menos que a todo al despacho, porque no es de su genio, cosa por sí no resuelve"

(Marqués de Villars).


«Es tan grande su debilidad que no puede permanecer más de una o dos horas fuera de la cama. (...) Cuando sube o baja de la carroza siempre hay que ayudarle".

(Marqués d`Harcourt en nota al rey Luis XIV).


«No tenía el cadáver ni una gota de sangre, el corazón aparece del tamaño de un grano de pimienta; los pulmones corroídos; los intestinos putrefactos y gangrenados; en el riñón tres grandes cálculos, un solo testículo, negro como el carbón, y la cabeza llena de agua".
(De la autopsia practicada al cadáver de Carlos II).
"En tiempo de los sucesores inmediatos de Felipe II, la situación económica empeora y la decadencia galopa.// No surge ni un príncipe hábil ni un ministro de espíritu superior. Unos y otros se muestran fanáticos, sensuales, imprevisores, nulos. Los príncipes, en manos de validos, son francamene degenerados, imbéciles, vesánicos. El idiota Carlos II no es excepción, sino tipo representativo del príncipe austríaco de aquella España. Carnes blandas, pieles blancuzcas, ojos sin expresión, labios colgantes, quijadas ponderosas: esos cuerpos, esos rosros revelan, a pesar de la lisonja de los pintores, el espíritu mortecino de aquella serie de idiotas coronados".
(Rufino Blanco Fombona, El Conquistador Español del Siglo XVI).
"El rico hábito de que Su Majestad estaba vestido despedía un fuerte hedor a orines; luego he sabido la incontinencia que le aquejaba. (...) Viendo en la puerta a un desconocido, se sobresaltó el canecillo, y Su Majestad pareció inquietarse. Pero al divisar luego la cabeza de su Enana, que se me adelantaba y me precedía, recuperó su actitud de sosiego. Doña Antoñita se le acercó al oído, y le habló algunas palabras. Su Majestad quiso mostrarme benevolencia, y me dio a besar la mano; pero antes de que alcanzara a tomársela saltó a ella un curioso monito que alrededor andaba jugando, y distrajo su Real atención en demanda de caricias. Entonces entendí yo la oportunidad, y me retiré en respetuoso silencio".
(Francisco Ayala, El Hechizado)
"Heredó la corona y la oligofrenia. Gobernó un imperio que abarcaba muchos territorios de ultramar, entre ellos uno que hoy conocemos como República de Venezuela. Podemos decir que de algún modo fue presidente de nuestro país cuando nuestro país casi no era país. (...) Carlos Fuentes lo incluye como ilustre mentecato en Terra Nostra. ¡Cuidémonos nosotros de elegirlo algún día como gobernante!".
(José Luis Najul, Contemos historias tristes de los reyes, Cuadernos de la Casa de las Letras Antonio Arráiz, Venezuela, Guarico, 1996)

jueves, noviembre 09, 2006

Anotaciones

Anotaciones o tratando de saludar a un poeta italiano

Badajoz, Mérida, Cáceres.
Versos de Félix Grande y el hermosísimo Guadiana.

Madrid.
Me encuentro un poema de Octavio Paz en la Puerta del Sol. Y siento frío.

Acabo de pasar por la plaza Jacinto Benavente (nadie es perfecto) y no di con la temperatura. Me acordé de Martín y me vine a revisar las conclusiones de una reunión académica.

Virgen de la Almudena. Fiesta en la ciudad. Nacho y Marta de puente como todos.

Yo me recluyo en el hotel por un resfriado pescado ayer en Badajoz.

jueves, noviembre 02, 2006

Elegías y Olvidos


Pepe Barroeta

El libro póstumo de José Barroeta (Venezuela, 1942) se titula Elegías y Olvidos. Está incluido en el volumen (también póstumo) Todos han muerto (Candaya, Canet de Mar, Barcelona, junio 2006). Allí me consigo con este bellísimo y breve poema:

DIME TÚ, PAMPANITO

Dónde estarán mi padre y mi madre
con sus rostros.
Dime tú, Pampanito
que estás en la tierra
y en el cielo
qué piedras,
qué sueño del camino
recojo.
Dime y dame
la ternura caliente de los
muertos.

José Barroeta (Venezuela)

domingo, octubre 15, 2006

Cecilia Bustamante y el globo súbito

Cecilia Bustamante

Me enteré de su reciente muerte leyendo el formidable blog del narrador peruano Iván Thays (http://notasmoleskine.blogspot.com/), quien a su vez declaró haber tenido noticia del deceso de Cecilia Bustamante por el blog de Paolo de Lima (http://zonadenoticias.blogspot.com/2006/10/cecilia-bustamante-1932-2006.html). Lo cierto es que la nota de Thays me hizo recordar el gusto con que leí en el año 74 los poemas en prosa de una autora que yo desconocía y que, de algún modo, seguí desconociendo. Ahora busco en mi biblioteca y sólo encuentro los mismos textos que leí en el 74. Nada más.

El azar concurrente ha querido que uno de esos textos se refiera a "los globos que aparecen de súbito". Como recordarán algunos, en un reciente post de mi blog Isla de Robinson (http://isladerobinson.blogspot.com/2006/10/gene-tierney-en-dos-pelculas.html) irrumpió un globo repentino.

Copio el texto de Cecilia Bustamante y deploro la desconfianza de la niña:

RONDÓ

Una niña nos miró desde sus juegos y puso el rostro sobre las mariposas presas y las aplastó.

No confió en los globos que aparecen de súbito amarillos en el cielo. Los que arden amarillos en el aire.

En un rincón del Jardín enterró las arrugadas mariposas y habrá puesto al descubierto el secreto de sus padres.

IN LIMINE


Edmond Jabès

¿En el principio fue el verbo de Jabès?
¿Fue la palabra oída en el desierto?
¿Fue la palabra no dicha antes ni después?

Fue la ausencia total,
el inaguantable silencio.


viernes, octubre 13, 2006

Cuídate Claudia en una foto de Pomés

Claudia Clemente. Leopoldo Pomés

Quise decirle los versos de un epigrama de Cardenal,
pero no los recordaba del todo.

Tal vez fue mejor que eso ocurriera.

Después ella escribió sobre el fuego imponderable.

Y vi sus ojos
y oí su voz
cuando escanciaba
esas sus letras sagradas.

Ahora me reconforta el olvido,
la feliz negligencia
de no haberle dicho completo:

"Cuídate Claudia cuando estés conmigo".

domingo, octubre 08, 2006

Los ojos más bellos del cine


Gloria Swanson

Cabrera Infante tiene la palabra:

SIC SEMPER GLORIA

“Nacer con el cine hablado significó para mí haber aprendido a hablar con el cine. Así nunca me interesó el cine mudo, que siempre me pareció como una conversación no demasiado importante que alguien (una pareja, por ejemplo) tiene del otro lado de una vidriera: falta el sonido para interesarse en lo que dicen. ¿Y qué es el cine sin una conversación? Ilustraciones en movimiento y alguna acción tal vez. Al cine mudo le faltaba, además, la música, que es muchas veces más esencial al cine que el sonido, meros ruidos a menudo. No es extraño, pues, que nunca viera una película de Gloria Swanson hasta 1950. Fue entonces que vi Sunset Boulevard. Verla (y oírla) fue como quedarme mudo. Es ella realmente la que da dimensión trágica a esta última aventura del gigoló renuente.

(...)

Toda la película, como la casa palaciega raída y ruinosa, está llena de Gloria Swanson o, mejor dicho, de sus ojos. Tal vez los ojos más bellos del cine, los más expresivos (con los de Bette Davis), los más fotogénicos (junto a los de Joan Crawford) son, sin duda, los más reconocibles porque son a la vez sofisticados y feroces. Hay en esos ojos un lejano rumor salvaje que sólo tienen los gatos: una fiera doméstica que nunca ha sido domada.

(...)

El homenaje que yo quisiera hacerle ahora se lo hizo la noche del estreno de Sunset Boulevard en Hollywood otra gran actriz, Barbara Stanwyck. La perversa heroína de una anterior película de Wilder, Pacto de Sangre, vio a Gloria Swanson en la acera, pequeña y atolondrada por tanta celebración súbita y sin decir nada, se acercó a ella, se le arrodilló delante, cogió la falda de lamé entre sus dedos y besó la bata en silencio. Cuando Barbara Stanwyck se levantó vió, llorando, que Gloria Swanwon lloraba. Se abrazaron y luego la Stanwyck se fue sin decir nada. Gloria Swanson se quedó en la acera, muda. Ahora comprendo por qué ella decía que antes (en el cine silente) fue grande. Hollywood, es evidente: era un gigante que empequeñeció al perderla. Mi título latino quiere decir, de paso, `Así siempre Gloria`, pero también `Así siempre Swanson`”.


Guillermo Cabrera Infante.

jueves, septiembre 28, 2006

Todos invitados al VII Encuentro de Patrimonio Inmaterial


Encuentro Patrimonio Inmaterial

Del 17 al 22 de octubre se realizará en Venezuela el VII Encuentro para la Promoción y Difusión del Patrimonio Inmaterial de Países Iberoamericanos. Asistirán Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, España, México, Perú, República Dominicana, así como una representación de la UNESCO. Los temas de la agenda académica serán: Gestión del Patrimonio Inmaterial y Diversidad Cultural.
San Felipe, Barquisimeto y Caracas son las ciudades anfitrionas.

Por Venezuela organizan el Centro Nacional de la Diversidad Cultural y la Universidad Nacional Experimental del Yaracuy (UNEY).

Los talleres de gastronomía se realizarán en el Centro de Investigaciones Gastronómicas de la UNEY. Los interesados deberán formalizar su inscripción desde el lunes 2 de octubre en la página web de la UNEY (http://www.uney.edu.ve).

En la siguiente página pueden encontrar mayor información:
http://www.uney.edu.ve/patrimonio.htm

sábado, septiembre 23, 2006

Jules Supervielle y Luisana


Luisana en la Supervielle

Esta es Luisana. Esta es la vereda Jules Supervielle. Este es uno de los muchos recuerdos de nuestro paso por la toponimia literaria de París.

Trabajo ilusorio del fotógrafo ocasional: asir la calle, asir a Luisana, asir el instante.

Leo ahora un poema de Jules Supevielle a ver si entro en lo remoto:

Asir, asir la noche, la manzana y la estatua,
asir la sombra, el muro y el sin fin de la calle.

Asir el cuello, el pie de la mujer tendida
y abrir después las manos. ¡Cuántos pájaros sueltos!

Cuántos perdidos pájaros convertidos en noche,
en calle, muro y sombra, en manzana y estatua.

(Jules Supervielle es uno de los tres grandes poetas franceses nacidos en Uruguay. Este poema lo tradujo Octavio Paz).

viernes, septiembre 15, 2006

Los desterrados hijos de Eva


Masaccio. Adán y Eva
expulsados del paraíso.

Una de las más viejas metáforas que conocemos es, sin duda, la de la existencia humana como destierro. Este cuadro de Masaccio, que siempre me ha impresionado, fue la primera imagen que vino a mi memoria cuando me dispuse a rastrear en la poesía venezolana el tema del exilio, a partir de la lectura del estupendo libro de Luis Alberto Crespo Tórtola de más arriba. Ahora pienso que son muchas las experiencias de destierro interno que hemos vivido en Venezuela. Por ejemplo, podríamos acudir a las páginas que Villarroel París le dedicó a la errancia de su padre por los campos petroleros para ilustrar un momento importante de las migraciones nacionales.

Hagamos el viaje. Busquemos en los poetas y escritores nuestros el dolor (y otras emociones) del exilio...

domingo, septiembre 03, 2006

Cuerpo


La Venus del espejo. Velázquez

El cuerpo. El cuerpo es dos cuerpos. Todos los cuerpos el cuerpo.

El cuerpo del espejo, el cuerpo de caliente sangre, el cuerpo del ángel, el cuerpo que no está en el cuadro.

El cuerpo que es lenguaje que es símbolo que es imagen...

Ningún cuerpo se mira dos veces en el mismo espejo.

Ceci n`est pas un corps.

jueves, agosto 31, 2006

Una foto


El cantor de tangos de la Calle Florida



El paisaje urbano. El trozo de nostalgia. La mirada que busca captar un instante. La fugacidad de la experiencia. El personaje y mi imaginación que lo reinventa.


Sólo la memoria lo atesora todo. Lo dijo Borges en su ontología negativa ("Sólo una cosa no hay. Es el olvido"). El problema está en cómo hacer manifiesta esa memoria, en cómo recuperar una emoción remota.


La fotografía ayuda, ciertamente, pero siempre habrá una ausencia.

sábado, agosto 26, 2006

Un poema llamado Juan Sánchez Peláez

No es una metáfora para rendirle homenaje al poeta total que fue Juan Sánchez Peláez. Pudiera serlo, me digo. Es, en verdad, un poema, un poema escrito por su amigo el argentino Francisco Madariaga ("el Coco" Madariaga de sus afectos) que copio a continuación:

JUAN SANCHEZ PELAEZ

"COMO suena y sueña aquel trueno"

Así sueña mi sueño en el sueño de un hada,
y en él me escondo y escucho cómo
dando "un paso hacia el jardín y el desierto"
llega la amistad de un poeta y su
libro AIRE SOBRE EL AIRE.

¡Qué aire terrestre, qué tierra
de aire!
salen de su poesía para remojarse y
sonreír como un fantasma de la infinitud.

"Y quédense tranquilos nuestra vida y muerte"

Franciscco Madariaga (País Garza Real, Edit. Argonauta, Buenos Aires, 1997)

sábado, agosto 19, 2006

Lorca y el abanico



Para recordar a Lorca, 70 años después:

Podría sólo Federico
poner en copla el sin igual
privilegio de este abanico
por Salinas, por Marichal

(Jorge Guillén)

miércoles, agosto 16, 2006

Cleva rara, amiga como un cervato


Cleva dedica a Lezama

El pasado 14 de agosto Cleva hubiera cumplido 80 años.

Todavía Cleva Solís no es suficientemente conocida (¿alguien podrá serlo de veras?), a pesar de haber sido la otra poetisa importante del legendario grupo “Orígenes”.

Su poesía maravilló a José Coronel Urtecho asombrado por un libro de Cleva titulado Los sabios días. Lo sedujo la música del libro, el poema narrativo sobre Gershwin, la rara sintonía con su mundo, la voz admirativa de la autora.

En un bello poema titulado Carta a Cleva Cintio Vitier escribió estos versos que –me parece- hacen justicia a la gracia inusual que prodigaba la maga predilecta de Lezama:

Cleva rara,
amiga como un cervato, serio arbusto,
una tarde llegaste disfrazada de pregunta,
de pequeño enigma. Rasgabas ya la tela
donde habían pintado los dioses sus arabescos, sus dictámenes,
traías lo que habías encontrado en el morado,
a mirada del liquen, las leyes del telar,
el fósforo en la gruta, el tranvía transparente,
la marquetería del danzón, el ave
que remonta gritando cuando el azafrán.
Traías sacos de cosas, no de palabras,
de élitros, de fondos, de familia, no de pausas.
Claro, nos confundimos un poco. Teníamos grietas
por donde soplaba el frío que de pronto era música.
Necesitábamos tus cosas, tu cocuyo, tu azulejo,
cervato huraño arbusto serio, el eje
levemente inclinado hacia la tierra,
el pelo vago por las constelaciones, charla que te charla.
¿Qué dice, qué dice Cleva? ¿Cuál es la clave,
desde cuándo el sinsonte cantó en el naranjo,
tiré la sota al abismo, se vio la cola del cometa
que significa el fin?
(...)
La Habana mojada suelta luciérnagas granate,
Cleva llega con una jaba de mandarinas,
se pone el delantal, hace la sopa..
.”

Cintio Vitier

domingo, agosto 06, 2006

El maestro de segundo grado

Paseo del Prado. La Habana


El maestro habla ahora de los primeros pobladores de la isla. Ya lo había hecho de Colón y de sus tres carabelas. Un niño lo sigue fascinado, aunque le cause mucha gracia la suave voz cantada del maestro. Piensa –y con razón- que no es cubano, porque cuando dijo “Santa María”, creyó oírle decir otra cosa. “María sí dijo”, pero “Santa no”.  

El maestro proviene de Venezuela y lleva apenas unos meses en Cuba. Se trata de un joven de 22 años, nacido en San Antonio del Táchira, que llegó a La Habana huyendo de la dictadura de su primo Juan Vicente Gómez. No perdió tiempo y desde su arribo a la isla inició una campaña contra la tiranía venezolana, mediante la publicación de revistas y artículos de prensa que ya alcanzan difusión continental, y que habrán de depararle pronto la honrosa admiración de Vargas Vila. Para sobrevivir, se ha incorporado como maestro de segundo grado en este prestigioso colegio habanero de varones, donde lo hemos encontrado hoy, 1 de octubre de 1921.  

El niño sigue oyendo a su maestro y se imagina un hermoso reino de taínos y siboneyes. Hace un dibujo en el cuaderno, pinta de violeta el mar, y mezcla esas imágenes con las de un país desconocido, de donde dicen que ha llegado su maestro. En su casa dirán: “Venezuela, eso quedará allá, en Jacksonville”, como si aludiesen a la Atlántida o a una comarca muy lejana.  

Después de varias horas, el niño saldrá del colegio con su tiza de costumbre, para rayar las paredes en alegre ruta hacia su casa. Se detendrá en un portón y allí dibujará un barquito y escribirá debajo: “Janta María”, como lo oyó en la clase.
-- 

(El maestro es un tachirense llamado Francisco Laguado Jaime. Por varios años seguirá su prédica antigomecista. Se vinculará a Julio Antonio Mella, así como a los activistas venezolanos que llegarán a la isla buscando apoyo contra Gómez. En 1929 será asesinado por el gobierno de Machado, a instancias del dictador de Venezuela, al tanto de todo, por los muchos y eficientes espías que tiene en el Caribe y Centroamérica. Después de salvajes torturas, Laguado Jaime fue envuelto en un saco y lanzado al mar, en la boca del Morro.  

El niño se llama José María Andrés Fernando y es hijo del Coronel José María Lezama y Rodda y de Rosa María Lima y Rosado. Se le conocerá años después como José Lezama Lima.  

El Colegio es el San Francisco de Paula, situado en Concordia 18. Lo dirige don Pablo Mimó. En sus aulas también estudió el Coronel).

sábado, agosto 05, 2006

Una espina jamás abolirá la rosa


Luis Alberto Crespo

Abro un libro de Armas Alfonzo titulado Cada espina. Tres historias de amor. Luis Alberto me contó que Armas Alfonzo le solicitó autorización para colocar en ese libro un verso suyo: “Cada espina es sólo el latido”.

Veo el epígrafe. Cierro el libro y lo abro de nuevo y leo: “El 5 de agosto, cumpleaños de mi papá, me hizo crisis la serie de síntomas que se me aparecieron el 20 de julio”.

Ya no me asombro. El azar concurrente quiere que me pasen con frecuencia estas cosas. Hoy es 5 de agosto, desde luego. Podría seguir asociando: hoy me hizo crisis la gripe, ayer operaron con éxito a mi padre.

No la toques ya más, que así es la espina.

miércoles, agosto 02, 2006

Elena y los elementos


Moreau

"Paso a la desconocida anegada con la sábana azul de la lejanía.

(...)

Paso a la desconocida: sus pies son cometas frenéticos, sus manos son helechos sagrados, su música, la música silenciosa de los desiertos."

(Juan Sánchez Peláez, Elena y los elementos)

Helena jamás estuvo en Troya.
Lo dijo Estesícoro de Hímera,
siciliano inmortalizado por Platón
en alguno de sus diálogos.
Y le creo.

Así que los griegos se pelearon por un fantasma,
por el eterno fantasma de la desconocida
o por la mujer que no vimos de Paz Castillo,
aunque alguna vez hayamos dado gracias por su rostro,
repitiendo lo que Borges, enamorado,

escribió en su segundo poema de los dones.

Yo sé -nadie más tiene por qué creerlo-
que Helena cumplió años el 30 de julio
y que su fantasma -sólo su fantasma-
sigue causándonos estragos.

lunes, julio 24, 2006

La noche y su ventana discreta


Hopper. De noche en la oficina

Ante la reproducción de un cuadro de Hopper que muestra a dos personas dentro de una oficina (una mujer exuberante y un hombre concentrado en unos papeles), de noche, y con el vacío genuino de la metrópoli que pulula afuera y que nunca vemos, no se me ocurre más que apagar la luz y pensar en el enigma de las vidas oscuras.

viernes, julio 14, 2006

Fredy canta en La Habana


Fredy cantaba boleros


Ella los cantaba (y los canta todavía) en una insuperable novela de Cabrera Infante que debería venderse en La Habana junto con la guía de la ciudad. Tres tristes tigres es, qué duda cabe, La Habana.

Nunca entenderé cómo una ciudad que ha sido declarada por la UNESCO patrimonio cultural de la humanidad puede seguir omitiendo a su más emblemático novelista. Yo siendo UNESCO empezaría a dudar. La explicación de que el "resentido de Caín" no autorizó la edición cubana de Tres tristes tigres no convence a nadie, conocida como es la libre (y respetable) interpretación que la jerarquía cubana tiene acerca del Derecho de Autor. Yo publicaría no sólo Tres tristes tigres, sino que editaría montones de ejemplares de La Habana para un infante difunto y después que me demande Miriam Gómez. Lo que no podría seguir haciendo es privar a los habaneros de su mejor memoria literaria.


Pero no era eso lo que yo quería decir al colgar una foto de Fredy, la Estrella Rodríguez de Tres tristes tigres. Yo sólo quería compartir con ustedes la alegría de haber escuchado anteayer a Fredy en una clase de Alejandro Calzadilla sobre música y diseño, porque Fredy volvió a mejorarle "Noche de Ronda" a Agustín Lara.

La Compañía


La Compañía. Centro de Quito

Ahora recuerdo a Drummond de Andrade:

No meio do caminho tinha uma pedra
tinha uma pedra no meio do caminho
tinha uma pedra
no meio do caminho tinha uma pedra

Cuando entré, ese torneado me parecía imposible,
pero vi el infierno a la derecha
y en el techo un cielo de oro.

Habité por instantes la piedra de toque del asombro.

miércoles, junio 21, 2006

En el solsticio de verano una palabra respira


Stonehenge. Solsticio de verano

21-06-06:

Junio avanza a gran velocidad. Ya hoy es el solsticio de verano. Estos días he estado tan ocupado que no me he percatado de su paso. Ha habido calor. Ha habido frío. Ha llovido. Ha dejado de llover. He ido a Caracas muchas veces, incluso tres en una semana. He dado conferencias. He estado en la televisión. He ido a la radio. He participado en reuniones. He releído el poema de Sánchez Rosillo donde monologa César Franck. He escrito los artículos. He dado clases. No he leído mucho, pero he leído. He recordado versos de Darío y de Pepe Barroeta. He escuchado a Bárbara. He visto más a Luisana que a Martín. No he actualizado los blogs, pero tampoco los he abandonado del todo. He visto juegos de fútbol, pero más los he escuchado. He llegado cansado a la casa. Me he acostado tarde. Me he levantado temprano. Hoy, por ejemplo. Son las cuatro y veinte de la mañana. Hace media hora que estoy despierto. La diferencia con otras ocasiones es que hoy no tengo que viajar y puedo abrir este archivo y hacer esta nota y leer algún libro y recordar el último verano de mi juventud y esperar que amanezca y sentirme feliz porque el sol puede traerme una palabra para nombrar la inmensidad.

sábado, junio 17, 2006

Argentina tocada por la gracia




No podía fallar. El azar concurrente me permitió ver uno de los seis inolvidables goles.

Ya me había resignado a oír el juego durante mi viaje por carretera hacia Caracas. Eso hacía, sin modificar la rutina. Así, me detuve en el sitio de siempre a equipar la camioneta y a comerme una "reinapepiada".

Como era de esperarse, en la arepera había un televisor. Argentina ganaba 1 a cero. Me comí la "reina". Me tomé el café. Y estaba conforme porque había visto a Argentina dominando por completo el partido. Cuando iba a salir, le dije a Angel: "Espérate, este avance me parece interesante". Y fue ahí cuando el azar concurrente justificó su acción. No vi cualquiera de los seis memorables goles. Vi el más. Vi el plus. Vi el regalo. Vi los 26 toques. Vi a Román. Vi a Sorín. Y vi de nuevo a Sorín y vi de nuevo a Román. Y vi a Saviola y vi Cambiasso. Y vi a Crespo y nuevamente a Cambiasso. Vi el taco y vi el gol. Vi la perfección. Y grité.

Y ahora ando, como toda Argentina, tocado por la gracia.

domingo, junio 11, 2006

La Argentina de mis tormentos


Messi

La vieja frase que Cabrujas aplicaba al partido político de sus afectos, hoy me sirve para definir lo que estoy sintiendo desde ayer. Empezó el mundial para Argentina y empezó bien -lo reconozco-, pero también se iniciaron viento en popa mis sufrimientos. Y es que no podía ser de otra manera. ¡Qué es eso de seguir ganando un partido 2 a cero! Una Argentina que se respete debía agregarle angustia al espectáculo. Así, no sólo le era conveniente encajar un gol sino también dejar a Messi sentado en la banca durante los 90 minutos. Ibamos a ganar, sabíamos, pero que no fuese tan fácil, por supuesto. Había que cumplir el ritual del peligro.

No le basta a la selección argentina con estar -como le corresponde a su destino histórico- en el grupo de la muerte. Le es imprescindible transitar por situaciones difíciles en cada juego. Ya sus jugadores "número 12" estamos acostumbrados.

Pekerman, por favor, no nos hagas sufrir tanto y no dejes a Messi por fuera todo el tiempo.

Saludo hoy con alivio (hasta el viernes 16) a la Argentina de mis tormentos.

sábado, junio 10, 2006

Acosta Bello y el "Pérez Bonalde"


No es Acosta Bello, pero se parece.
Es Paul Valéry.

Un excelente post del pájaro Guarandol (http://www.elpajaroguarandol.blogspot.com) me ha confirmado doce años después la versión que en su momento obtuve acerca del voto de Ida Vitale en el premio de poesía "Pérez Bonalde" de 1994.

Copio ahora una nota guara para mi amigo guarandol sobre el premio "Pérez Bonalde" en el que fue jurado la admirada poeta uruguaya:

"Revelo de entrada una limitación inevitable: sólo conozco versiones muy verosímiles y confiables, pero, al fin y al cabo, de segunda mano. Nos situaremos, entonces, en un tereno meramente especulativo, sobre el cual es pertinente formularse algunas interrogantes. ¿No es siempre útil proceder por tanteos dubitativos cuando se trata de materias rodeadas de incertidumbre? Creemos que acerca del Premio “Pérez Bonalde” correspondiente al presente año (1994), es legítimo plantearse las siguientes preguntas:

1. ¿Pesaron más razones extraliterarias que literarias en el veredicto? Si nos guíamos por el comentario que circuló en medios muy allegados al premio, conforme al cual el jurado consideró inconveniente premiar a un venezolano porque así se estaría debilitando su capacidad de convocatoria internacional (sería el segundo venezolano en sólo tres ediciones), es indudable que el fallo fue extraliterario. Si enlazamos el referido comentario con la lectura de la breve muestra hasta ahora publicada del libro ganador, la conclusión se robustece. Sólo por motivos no literarios textos así pudieron ser los elegidos.

Recuerdo en este momento un episodio contado por Carlos Barral en sus memorias, referido al premio Adonais, en una ocasión en que este famoso galardón español estuvo a punto de ser otorgado a un excelente poeta catalán llamado Jaime Ferrán. En una maniobra de última hora, por motivos que nada tenían que ver con la literatura, uno de los jueces recomendó premiar a un extranjero cuyo libro había sido previamente rechazado cuando la discusión se limitó a razones de orden poético. Ese extranjero fue finalmente el ganador. Era un venezolano. ¿Saben quién era ese venezolano? Era José Ramón Medina, precisamente el presidente del jurado que hace unos días otorgó el premio Pérez Bonalde a Roberto Fernández Retamar. Cosas del destino.

2. ¿Se premió a un autor a un libro? Si bien las bases de los concursos suelen ser claras, en muchas oportunidades el jurado no las respeta y termina premiando trayectorias, nombres o prestigios y no libros, cuando son éstos los concursantes. El premio Pérez Bonalde, de acuerdo con sus reglas, se debe conceder a un libro. Además de suscitar la duda que ya comenté acerca de la nacionalidad de los autores, surge esta otra: entre los extranjeros (en virtud de que los venezolanos, que, por cierto, eran más de cien, estaban en capitis diminutio), ¿se escogió un nombre o un libro? ¿No habría una obra estupenda de un poeta peruano, pero muy joven y desconocido? ¿Hubiera premiado el jurado un libro excelente de un joven poeta de Puerto Rico?...

Podríamos seguir especulando. Indicios muy sólidos nos señalan que la decisión de este importante concurso de poesía fue este año enteramente infeliz. Provocó, incluso, la noble reacción de protesta de uno de los miembros del jurado: la escritora uruguaya Ida Vitale. Ella votó por el libro de Arnaldo Acosta Bello. Ese voto, junto con el enviado por Juan Gelman, puso a competir un libro de poesía contra un nombre de poeta ¿o de funcionario? En todo caso, como finalmente va a resultar, si el jurado se equivocó, peor para el jurado. La poesía termina imponiéndose. La historia de los concursos literarios, como la de las antologías, está llena de esas imposturas. Al cabo, la poesía emerge. Los premios se olvidan."

(El Impulso, 11 de septiembre de 1994).

jueves, junio 08, 2006

María Luisa Bombal


María Luisa Bombal

Si este blog no se llamara como se llama tal vez el presente post no hubiese aparecido. Resulta que hace unos minutos escribí en google el nombre de María Luisa Bombal. No sé muy bien por qué lo hice. Navegaba, me aburría, tecleaba sin rumbo y decidí usar el buscador de imágenes. El primer nombre que se me ocurrió fue el de la gran escritora chilena. Y entonces llegó ella con su foto y su testimonio autobiográfico diciéndome que había nacido el 8 de junio de 1910.

De nuevo el azar concurrente haciendo de las suyas: hoy, si el calendario no es una opinión, es 8 de junio y la Bombal estaría de cumpleaños.

Con este recuerdo inesperado acá se lo celebro.

jueves, junio 01, 2006

Susana Soca espera la noche


Susana Soca

Susana Soca sigue mirando con amor los dispersos colores de la tarde, como la recordó en un poema su amigo Borges. Allí Susana espera la noche para contemplar el unicornio.

Supe de su nombre cuando leí Juntacadáveres porque Onetti le dedicó esa novela. Sé poco más. Fundó una revista legendaria llamada La licorne (por la pequeña constelación, no por el animal fabuloso). Escribió poesía y ensayos. Murió en un accidente de aviación en 1959.

El soneto de Borges, incluido en El Hacedor, debe ser uno de los más bellos homenajes recibidos por esta uruguaya que encantó a Henri Michaux.

P.D: La dedicatoria de Onetti es espléndida, elocuente:

"Para Susana Soca:
Por ser la más pura forma de la piedad que he conocido; por su talento"

domingo, mayo 28, 2006

Augusta se llama


Augusta Holmes


Mis amigos de la esquina de la 17
jamás se imaginaron esta dicha.


Augusta se llama
y es una voz lenta y secreta
que sólo a ti te canta.

sábado, mayo 20, 2006

Todos parecían, pero ninguno era


Parque. Tigre.

Estoy de nuevo en el Dora. Comeré solo. Martín y Maito están fuera de Buenos Aires. Ya ordené bife de chorizo. Mejor dicho, medio bife de chorizo, a sabiendas de las inmensas raciones porteñas. Lamenté mucho haber devuelto dos medias botellas de vino. Pero no estaban bien. Eran de la bodega López, cosechas 1998 y 2000. Ahora bebo con deleite un estupendo -aunque algo alcoholoso- Trumpeter de la familia Rutini, merlot, cosecha 2004. Por estos detalles ya me estoy pareciendo a mi querido amigo Tecnorrante, pero Israel (y Tecnorrante mismo) no me perdonarían que los omitiese.

Buenos Aires es una ciudad pródiga para nuestra manía de encontrar parecidos en la calle. Así, Martín y yo hemos visto en estos días a muchos amigos y conocidos nuestros. Vimos hace poco a Walter Rodríguez y detrás de él, casi corriendo, al catire Hernández. Y lo más increíble, detrás del catire venía Stefania Mosca. Lo aseguro. Martín fue testigo. Los tres en la misma cuadra. Ocurrió en la calle Corrientes, cerca de una de las formidables librerías Hernández.

También vimos a Guillermo Morón (ya esto es el colmo del azar concurrente) despachando cervezas en la barra del Senior Pub, muy cerca de la casa de Ivonne Bordelois.

Todos los días en la calle Paraguay, entre Florida y San Martín, saludamos a Rafael Arráiz Lucca, quien nos mira imperturbable desde una foto de los años veinte.

Manuel Azaña estaba –lo juro- en el restaurante Münich de La Recoleta. Era el más viejo de los mesoneros de ese estupendo lugar. Lo fotografiamos a placer mientras servía en una mesa de españoles que no se enteraban de nada.

Hemos visto a Acosta Bello dos veces y muchas a Victoria Ocampo. Martín me preguntó un día: ¿Es que estamos en Comala? Anoche, por cierto, vimos a Ernesto Sábato entrando lentamente al mundo de los inmortales. En serio, lenta y literalmente, Sábato entraba a Los Inmortales de la calle Corrientes. Y se sentó cerca de nosotros, pobres mortales que engullíamos sabrosas pizzas y cervezas frescas.

Una noche vimos a Félix Valderrama escuchando canciones de Sabina. Y yo no me canso de ver a Pichuco por casi todas las calles y a Elsa Camiya en una sola, pero siempre en el mismo sitio: frente a la confitería Richmond, en Florida.

Vi a Arturo, vecino nuestro de Arca del Valle, manejando un taxi, y a su esposa Cristina haciendo cola para entrar a la Bombonera. Y estoy viendo ahora a Omar Porteles. Es mesonero en este restaurante. Su estatura parece la de Eduardo Anzola, pero no es Eduardo Pionono Anzola. Es, definitivamente, Omar Porteles. En este momento me saluda. Ya lo habíamos visto el 31 de diciembre y se nos había parecido en algo a Maradona.

También vi a Rafael Salvatore caminando por Florida ayer y por Corrientes hoy. Para mi sorpresa resultó que era, en verdad y en ambas ocasiones, Rafael Salvatore. Por lo menos eso parecía. Mejor dicho: No parecía. Era.

También hemos visto a Alejandro Oliveros en casi todos los libros de Oliverio Girondo. Creo que hemos visto a Oliverio Oliveros y a Alejandro Girondo. No sabemos ya quién es quién en los retratos. Y hemos leído sus maravillas:

“¿Surgió de bajo tierra?/ ¿Se desprendió del cielo?/ Estaba entre los ruidos,/ herido,/ malherido,/ inmóvil,/, en silencio,/ hincado ante la tarde,/ ante lo inevitable,/ las venas adheridas/ al espanto,/ al asfalto,/ con sus crenchas caídas,/ con sus ojos de santo, / todo, todo desnudo,/ casi azul, de tan blanco.// Hablaban de un caballo./ Yo creo que era un ángel.

El primero de enero vi a Daniel Herrera Zubillaga. Conducía un taxi que me llevó hasta Tigre para buscar el lugar donde se suicidó Lugones. Al día siguiente Martín me advirtió que Luis Alberto Crespo (primo de Daniel Herrera, por cierto) se encontraba en una mesa del Florida Garden. Leía La Nación y tomaba jugo de naranja.

Omar Porteles me acaba de decir que vive en Lomas, pero que el 31 estuvo en El Pilar, comiendo y bebiendo con su familia. Me ha traído la carta de postres y yo decido sin mirar mucho: sabayón con higos. Mientras me lo trae, me percato de que sólo tres mesas permanecen ocupadas. En una de ellas John Gielgud está terminando de cuadrar un negocio. Enciende un tabaco. El próximo lunes le llevarán tres millones de los seis acordados con mi amigo Eduardo Pérez, el morocho que lo acompaña en la mesa. Ninguno de los dos se ha percatado de que yo he seguido casi todos los detalles de la coima.

Ya Omar Porteles me ha traído el postre. Y concluyo.

sábado, mayo 13, 2006

Dicen que ha vuelto la diosa ambarina


Agata ambarina

Ha vuelto, sin duda.

Busca encarnar de nuevo en la floresta,
lejos de su hornacina
donde Eguren le reza todavía.

Sé que ha vuelto porque
su brillo se asomó hoy por la ventana.

Es una y todas.

Escribe desde el relámpago.

Si sus letras llegan a rozarte,
nada existirá -lo dijo Emilio-,
nada podrá existir sino ella,
diosa y ambarina
en todo su esplendor.

Filósofo del agua


Ian Waldie

"...me descubro en la imagen atónita del agua"

(José Gorostiza, Muerte sin fin).

13-05-06: Seis de la mañana. Estamos sin agua. Seguramente hay un racionamiento desde ayer. No sabemos por qué. No leímos aviso alguno.Es un verdadero fastidio estar sin agua. Como decía Bachelard, la pena del agua es infinita.

Llegó el agua, más rápido de lo que temía y no me dio tiempo de seguir verbalizando su ausencia. Habría continuado con Bachelard, su poética y sus sueños. Habría recordado a Heráclito y el río. Habría escrito agua por todas partes. Habría hecho la profecía del agua. Habría hablado de la muerte por agua, pero también del nacimiento de los ríos, de las aguas cristalinas y de las aguas que van manando sin cesar de la montaña.

Aguas de arriba y aguas de abajo. Agua que cae y agua que brota.

Agua va y agua viene.

Espejo de agua. Espejo de Narciso.

Aguas tenebrosas y aguas puras de Juan de Yepes.

Vaso de agua de José Gorostiza.

Ojo de agua. Puerta de agua. Viento de agua. Entrada de aguas. Aguacero.

Entre dos aguas: agua de azahar y agua de rosas.

Aguamala. Aguamiel.

Aguardiente: agua bendita.

Agüitas. Agua de tamarindo. Agua de jamaica. Agua de panela. Aguada Grande. Aguaviva. Managua. Yaritagua. Piragua y Aguascalientes.

Aguas turbias. Aguas azules. Aguas negras. Aguas claras. Aguas mansas y aguas turbulentas. Aguas encrespadas. Aguas termales. Aguas estancadas.

Hermana agua de Francisco de Asís. Aguasanta.

Buenos días tortuguita,
periquito del agua,
abuelita del agua,
borrachito del agua,
payasito del agua,
filósofo del agua.

viernes, abril 28, 2006

Diseño integral


Santiago Pol

Santiago Pol está al frente de una interesante oferta académica que acaba de inciarse en San Felipe, Venezuela. Me refiero a la carrera de Diseño Integral, cuyos planteamientos básicos son expuestos de este modo por sus responsables en la UNEY:

"La ineludible beligerancia del diseño en todas las épocas, en todos los lugares y en todas las actividades humanas (¿no hablaron los griegos de la formación como el arte de dar forma a las cosas y a los hombres?), nos dispensa de argumentaciones dirigidas a justificar teóricamente su inserción actual en el elenco de nuestras carreras. Una valiosa bibliografía que citamos al final, nos sirve de apoyo, desde luego. Pero, es, básicamente, la vivencia de cada uno de nosotros, ante situaciones que demandan formas distintas de plantearse y subsanarse, la que puede y debe tomar la palabra. Ella sabrá decirnos de qué se trata. Y sus portavoces serán el artesano, el industrial, el médico, el deportista, el actor, el comerciante, el odontólogo, el cocinero, el comunicador social, el arquitecto, el editor, el artista plástico, el viajero, el caminante, las amas de casa, el pescador, el carpintero, el sastre, el historiador, el director de teatro, el director de cine, el campesino, el músico, el mecánico, el conductor, el fotógrafo, el médico, el ingeniero en informática, el bailarín, el poeta, los niños, los árboles, los animales, los parques, la ciudad y un larguísimo etcétera. Alguien ha dicho, parodiando un título de Faustino Cordón, que “diseñar hizo al hombre”. De allí el carácter obvio (y aparentemente caótico) de la anterior enumeración. En pocas palabras: la vida como diseño y el diseño como vida.

"Consciente de que las bondades de un proyecto educativo podrían frustrarse rápida e inexorablemente, si no se cuenta con las personas adecuadas para llevarlo a cabo, resolvimos comenzar por lo más arduo: la preparación de los docentes idóneos. Una preparación orientada más a la identificación y compromiso con la filosofía, principios y valores que sustentan el proyecto, que con destrezas técnicas o pedagógicas (importantes y jamás excluidas en nuestros cursos previos para docentes). Luego de una fecunda experiencia con el primer Curso para la Docencia de Diseño Integral, estamos en capacidad de recomendarlo como el mejor comienzo posible de toda propuesta formativa innovadora. Por encima de los concursos de oposición para seleccionar docentes, creemos que se encuentra esta modalidad que no suprime la primera: el curso de oposición, como podríamos denominar con propósitos comparativos y didácticos, esta modalidad de ingreso académico.

Nuestro proyecto encarna una continuidad temática y académica en la UNEY. No representa en ella un pregrado más. Menos aún, un pregrado ajeno a lo que venimos trabajando. Se trata de un espacio para la formación, surgido del diálogo entre los precedentes y, de la interpelación continua de la universidad consigo misma. Así, nuestros llamados espacios académicos de Ciencias del Deporte, Ciencia y Cultura de la Alimentación, Lengua y Tradición Cultural, Cultura del Emprendedor y Filosofía de la Práctica, concebidos todos de manera armoniosa, fueron generando este otro de Diseño Integral.

Si estamos demostrando (y demostrándonos) la viabilidad curricular y funcional de concebir los temas de la alimentación y del deporte, como una pluralidad de aristas interrelacionadas y no como parcelas de diversos especialismos, más o menos inconexos, ¿por qué no había de pensarse igual respecto del diseño? ¿por qué seguir transitando la ruta de la fragmentación en un área tan evidentemente articulable? Revisada la oferta académica existente en el país en la disciplina del diseño, cualquiera puede percatarse de que la misma no refleja la indicada evidencia, sino, todo lo contrario: las escuelas de diseño gráfico, por un lado, y las escuelas de diseño industrial, por otro, para no hablar de las diversas opciones aisladas (tantas como “especialidades” del diseño sea dable formular), configuran un patético cuadro de dispersión educativa, a despecho de la notable calidad que alguna(s) de esas alternativas ha(n) demostrado poseer. Verdad esta última, más de antano que de hogaño, todo sea dicho.

Sin pretender alterar, ni recusar, lo que ya se ha desarrollado de esa manera en la enseñanza del diseño en Venezuela, estamos proponiendo ahora un sendero distinto, que aspira retomar la olvidada tradición de los saberes compartidos, de los conocimientos básicos, teóricos, prácticos y generales, que habitan ese centro que los griegos llamaban bellamente, “el lugar común”.

Desde el lugar común del diseño, la UNEY pone en marcha este proyecto, pensado y modelado desde hace más de cuatro años".

viernes, abril 14, 2006

Briceño y Balza o la arbitrariedad de la memoria


Haidée Balza

14-04-06: Leo a Briceño Iragorry. Leo un discurso de Briceño Iragorry. Menciona a la Iron Mines of Venezuela y me acuerdo de inmediato de César Reyes y de Gisela Madrid, ambos becarios de la Orinoco Mining cuando estudiaban en la UCV y hablaban con burla y miedo, a la vez, de Mr. Burton. César era mi compañero en Derecho y Gisela mi amiga de Periodismo, a quien conocí por César. Ahora que me acuerdo: César divertía a Gisela con Mr. Burton. Tenía montado un número humorístico en el que imitaba al susodicho gringo. Gisela gozaba. Y yo reía, sin entender del todo el contexto del disfrute guayanés de mis amigos.
Con Gisela vi las tetas de Haydée Balza en el Ateneo. Haydée no estaba en el escenario sino en el pasillo. Se trataba de “La Celestina”. Esa función fue un sábado, ya no recuerdo si del 71 o del 72. Lo cierto es que hoy llegan todos a esta nota con la arbitrariedad maravillosa que posee la memoria involuntaria.

jueves, abril 13, 2006

Comprensión de Armas Alfonzo


Alfredo Armas Alfonzo. Foto de Ricardo Armas


Vuelvo a las páginas de Armas Alfonzo. Pienso que las clases de Comprensión de Venezuela podrían ser clases de Comprensión de Armas Alfonzo. En su obra está todo, o casi. Y lo más importante: está el alma del país. Comprensión del país de Armas Alfonzo podría ser el nombre de la cátedra que acabamos de comenzar en la UNEY. Y no es que Venezuela no se encuentre en muchos otros autores. Es que Armas Alfonzo era parte de lo que él mismo quería sentir y comprender. El no narró o contó desde afuera. El se contó a sí mismo. Y él era Bocauchire, el Unare, Clarines, Cumaná, Ricardo Alfonzo, Mamachía, la naiboa, una latica de mantequilla Brun, el gofio cumanés, Maremare y Zenón Marapacuto.

Vi al general Manuel Antonio Guevara tomar una noche Sabana de Uchire. La fiebre lo hacía temblar, pero así y todo, dictó el telegrama donde se le comunicaba al jefe de la Libertadora que Sabana de Uchire había caído en poder de la revolución. Era medianoche en el cuento magistral de Armas Alfonzo y yo seguía leyendo hasta dar con Guanape, después de pasar por el Tusor de Seda que le regalaron el día de su boda a Gustavo Pereira.

miércoles, abril 12, 2006

Salvador Elizondo in memoriam


Salvador Elizondo. Foto de su esposa,
nada menos que Paulina Lavista.

El pasado 29 de marzo murió el escritor mexicano Salvador Elizondo. Me enteré anoche revisando el suplemento literario de La Jornada. En agosto del año pasado yo había bajado de la biblioteca todos los libros de Elizondo que tengo. Los agrupé para leer algunos que no había leído y releer el resto. Esto último lo he hecho en varios oportunidades con Farabeuf y El Hipogeo Secreto, que me parecen novelas magistrales. Esta vez El Grafógrafo ocupó mi tiempo de relectura y me topé, por fin, con Camera Lucida, un conjunto de artículos y discursos, donde el ensayista Elizondo no deja nunca de ser el narrador Elizondo. Volví a unas páginas de Cuaderno de Escritura y a otras de Farabeuf y nuevamente me acordé de mi amigo Juan Arcadio Rodríguez, a quien esta novela le parecía excelente por su incursión en las áreas más crueles del placer. El mismo día que Juan me habló de ella proyectó en su cine-club El Jardín de los Suplicios, una película francesa basada en una obra de Mirbeau. Seguramente nuestra conversación sobre el film nos llevó al suplicio llamado Leng Tch’e o de los Cien Pedazos, descrito memorablemente en Farabeuf con una fotografía que ilustra el momento en que le es aplicado a un magnicida. Previsiblemente hablamos también de Bataille.

Pude haber visto a Elizondo en el año 81 cuando fui a México, pero no di con el lugar donde anunciaban una conferencia suya. Creo recordar que se trataba de un lugar algo siniestro. Mejor dicho, creo recordar que me imaginé que se trataba de un lugar algo siniestro, una especie de sala sombría del centro de la ciudad. Lo cierto es no fui o no pude ir. Tal vez Carmelina hizo alguna advertencia de peligro que Cuchi y yo acatamos. Lo que sí hice fue comprarme todos los libros de Elizondo que conseguí. Cuando anoche me enteré de su muerte no me fue difícil dar con ellos. Los tenía en uno de los estantes del pasillo. Ahora mismo abro El Grafógrafo, citado en alguna oportunidad en este blog o en Isla de Robinson. Lo abro y leo el texto maravillosamente metaescritural que le dedicó a un ilustre grafógrafo mexicano llamado Octavio Paz:

Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo.

Leo rápido y me recuerdo leyendo estos versos de Octavio Paz:

El muchacho que camina por este poema,

entre San Ildefonso y el Zócalo,

es el hombre que lo escribe.

Así también, Salvador Elizondo fue el autor de El Hipogeo Secreto, una novela donde un autor llamado Salvador Elizondo intentó escribir una novela titulada El Hipogeo Secreto.

Cuenta Elena Poniatowska que del “chato” Elizondo se decía que era un genio. Seguramente lo sigue siendo y desde cualquiera de sus páginas continuará deletreando a sus lectores.

martes, marzo 28, 2006

Alejandra y el deseo de la palabra


Alejandra Pizarnik


Alejandra en mi memoria es el perdido volumen de Ocnos que conocí por Antonio Beneyto.
Alejandra está allí con sus muñecas desventradas, con sus insomnios, con sus jardines, con sus juegos verbales, con sus obsesiones.

Alejandra escribe la última carta a Ivonne Bordelois. Cierra el sobre y se sume para siempre en los cielos de la poesía.

domingo, marzo 26, 2006

27 de marzo


Discépolo

Feliz cumpleaños Juan Nuño.
Feliz cumpleaños Antonio Arráiz.
Feliz cumpleaños Enrique Santos Discépolo.
Feliz cumpleaños Begoña.

También yo apago velas el 27 de marzo y, como Begoña, seguiré encendiéndolas.

Lo dijo Machado: "Hoy es siempre todavía".

lunes, marzo 20, 2006

Desnudos en Caracas


Caracas al desnudo. Juan Vicente Gómez

Fue ayer. Marzo desnudo. "Desnudos en Caracas", hubiera dicho Fausto Masó.

El ojo de Juan Vicente Gómez lo llama "Caracas al desnudo".

Todos desnudos ayer gracias a Tunick.

jueves, marzo 09, 2006

Kiki de Montparnasse o Man Ray de Kiki


Kiki de Montparnasse. Man Ray

Fue violín de Ingres. Fue reina del Jockey (también de La Coupole). Fue la otra mitad de Man Ray. Fue la modelo de todos en el Montparnasse de los años veinte. Durante un tiempo ella sola fue Montparnasse.

Fue el escándalo mismo. Un día decidió prescindir de las pantaletas y subirse todas las noches a las mesas de los bares.

Fue exuberante y bella. Fue y es una leyenda.

domingo, marzo 05, 2006

El hilo del discurso


Mina


05-03-06:

El laberinto del discurso.

El hilo del discurso que se pierde.

El hilo del discurso es el de Ariadna, pero también es el de Borges.

El laberinto del discurso fue construido el primer día de la creación.

El laberinto tiene entrelíneas, entresuelos, entretelones.

En el laberinto me pierdo y no sé cómo seguir sin el hilo.

Estoy tal vez en el centro del laberinto, pero nunca lo sabré porque en el centro del laberinto ya no se encuentra el Minotauro.

(Teseo Joyce pasó por aquí hace algún tiempo y dio cuenta del voraz).

En el laberinto ya no nos queda, entonces, ni la ilusión de perder la vida en su difícil centro.

Continuamos en el laberinto.

El laberinto es este cuaderno. El laberinto es esta página. El laberinto es esta casa. El laberinto es esta vida.

(La foto de Mina está acá sólo porque hace un momento escuchaba su bella versión de la Balada de Otoño de Serrat)

miércoles, febrero 22, 2006

Anotación en La Habana


El malecón

12-02-06:

La Habana está hoy fría y lluviosa.

En La Habana la brisita nupcial de la metáfora es hoy un viento furioso que no se deja definir.

En La Habana hay un infante difunto que yo recuerdo frente al sitio donde estaba el solar de su novela interminable.

En La Habana vive un poeta entrañable y lúcido llamado Efraín Rodríguez Santana a quien anoche conocí gracias a mi amigo Gonzalo Ramírez (no éramos tres tristes tigres, pero en un momento los tres nos sentimos más tristes que tigres).

En La Habana un escritor español, Isaac Rosa, pasea su sencillez por el castillo donde antaño otros pasearon su arrogancia.

En La Habana está hoy Joaquín Sabina. En La Habana valen más cien Sabinas volando que un Joaquín en mano.

En La Habana Abel es un gato volador y no sólo un ministro de cultura.

En La Habana una ola inmensa sobrepasó el muro del malecón y cayó con toda su fuerza sobre el taxi que esta tarde me trasladaba al hotel (nos salvó el alma de Lezama).

En La Habana ya no está el gozador de la calle Obispo, pero su sombra sigue en las esquinas bailando El Manisero.

En La Habana vivió la Macorina (mi mirada la busca, mi corazón la busca y ella no está conmigo).

En La Habana las voces del Parque Central recrean todas las tardes la historia del béisbol. Una de esas voces, defendiendo al Duque Hernández, acaba de sentenciar: “El que es bueno es bueno aunque venga de Marte”.

En La Habana, Lezama. Definitivamente en La Habana pertenezco al curso délfico que habita en Trocadero 162.

En La Habana, como siempre, la mar violeta añora el nacimiento de los dioses.