viernes, mayo 23, 2008

De mis asuntos a mi corazón

Beata Beatrix

23-05-08: Viernes, día regido por la divinidad que entreteje en la selva el cuerpo de los amantes. Lo recordó Borges en Cambridge, un día dominado por la divinidad literaria que enlaza secretamente la memoria en los espejos. Comienza el descanso. Comienza por fin el descanso a las siete de la noche cuando ya estoy en la casa, después de una semana interminable. Comienza el recuento de la semana. Mejor dicho, comienzan a retornar las imágenes de estos días intensos. “Retornar” es un decir. Esas imágenes no se habían ido. Gravitan en mí.

Primero, la mañana ante unas cámaras y la cortesía e inteligencia de un entrevistador. Después, librerías. Café en una de ellas. Conversación amistosa y afectiva. Pasa el tiempo rápido y veo ahora a Gustavo Pereira con su esposa, sus hijos, sus hermanos y su nieto. Están en el lobby del Hotel Alba Caracas. Se toman fotos. Están felices. La familia del poeta es como el poeta: alegre y amable. Nos saludamos y abrazamos. Y vienen más imágenes. Estoy en el Teresa Carreño y oigo a los poetas extranjeros invitados al Festival Mundial de la Poesía. Me agradan la lectura del francés Ludovic Janvier y de un italiano. El primero recita más que lee y pone en aprietos al lector venezolano de la traducción (Luis Alberto Crespo). Luis Alberto sale airoso. Me emociona el poeta de Angola. Espero con interés al colombiano Roca y al ecuatoriano Madrid. Me decepcionan un poco, pero sé que no escogieron el poema adecuado para esta apertura. Ellos son muy superiores a su lectura del lunes. Lee un brasileño, una islandesa (interesante) y muchos más.

Llegan también las imágenes del martes y paso a otro escenario. Voy, entonces, de mi corazón a mis asuntos. Estoy en la Universidad Bolivariana y espero el inicio de las jornadas sobre educación superior. Me encuentro con RR. Conversamos animadamente sobre su pasantía por la UNESCO. Van llegando los profesores de la UNEY. Saludos. Saludos y saludos. Viene la instalación. Vienen las conferencias. Brilla la brasileña Ana Lucia. De ella me había hablado Miguel Rojas-Mix. Al final me le acerco. La felicito. Le digo que tenemos un amigo común. Y le doy el nombre. Se alegra y me pregunta cómo me llamo. Cuando le respondo me dice que ya me conoce, precisamente, por el amigo común. Vienen ahora las mesas de trabajo. Me toca la mesa 1, encargada de trabajar el tema del contexto mundial y regional de la educación superior. Buen inicio. Buenas intervenciones (Ovidio). Receso (...). Discurre espléndida la tarde. La noche llega con poesía en el Celarg. Yo llego solo y temprano a mi descanso.

Las imágenes del miércoles serán las del trabajo gustoso. Cunde la amistad y concluye nuestra mesa. Poesía que se comparte y se revela.

El jueves en la UNEY nos visita la tristeza. Muere el padre de un gran compañero. Muere de repente el padre de Manzanilla. Se le cantan salves a la Cruz en su memoria.

Regreso a Barquisimeto y viene el viernes, que es hoy, con la febril indagación de los poemas. En San Felipe, el ministro y el alto funcionario olímpico. Acompañamos a Manzanilla en el cementerio y el día vuelve a combinar su ajetreo con las confluencias inesperadas y exactas del azar.

sábado, mayo 03, 2008

Vuelven las morochas Minh Thai


Las morochas Minh Thai se están cayendo de la borrachera. Digo que ya no hay fuerza humana capaz de sostenerlas, pero miento. Ellas mismas poseen esa fuerza. Casi se caen, pero no se caen. Vuelven sobre sí mismas y siguen como nuevas su camino por la Rue de Buci, trastabillando. Son un milagro en la memoria parisina. Luisana les puso nombre una noche y yo no las olvido.