martes, agosto 16, 2011

Edgar Abreu esta mañana en el parque


Una mala noticia nos esperó hoy después de la caminata. Habíamos visto un hermosísimo cardenalito en el Parque del Este. Casi increíble, con un penacho rojo imponente. ¿Qué nos anunciaba esa bella imagen? Lo sabríamos un poco más tarde.   Una llamada del Turco Najul, quien a su vez había recibido la noticia de Enrique Ron, nos informó de la muerte de Edgar Abreu, nuestro querido amigo y compañero de trabajo.

Edgar falleció anoche, poco después de las 8, en Margarita. Allí vivía,  tras  su último y feliz  matrimonio. Combatió con un cáncer a lo largo de cinco años, pero no pudo más. El cuerpo va buscando sosiego para el alma y llega el momento en que lo encuentra.

Dos amores lo acompañaron en estos años: el de la UNEY y el de Elisabeta, su  esposa. Creo que el cardenalito que esta mañana vimos en el parque era Edgar, libre y radiante, reconciliado con el mundo, en paz con todos y consigo mismo.

Desde anoche estaba Cuchi angustiada por Edgar. Me lo dijo y hablamos de Elisabeta. Por eso esta tarde, ya sereno, puedo hacer la lectura de esos hilos secretos. Esas lecturas -no hay más remedio- siempre son lecturas poéticas.

Escribí el obituario de la UNEY que saldrá mañana en la prensa local y nacional. También hice una breve nota para nuestra página web que ya está colgada en el blog Duelos y Quebrantos:  http://wwwconuqueando.blogspot.com/2011/08/edgar-abreu-olivo-en-la-uney.html  No mucho se debe decir y escribir en estos momentos tan cruciales.

Miradas y palabras suyas nos ayudan y ayudarán siempre, sólo porque supo transmitirlas con afecto y en el momento  oportuno.

Gracias, querido Edgar, por esa especial cercanía.