sábado, febrero 10, 2007

Doña Bárbara y la práctica de la recepción



Comienzo a releer Doña Bárbara y enseguida percibo que no estoy releyendo nada. Es un nuevo libro el que tengo en mis manos, un libro acerca de una mujer bella, salvaje y terrible, que llegó de más allá del Cunaviche, de más allá del Cinaruco, de más allá del Meta, de más allá del más nunca, para tragarse tierras y hombres que valieran la pena.

Me asombra el no haber leído en verdad este libro que creía haber leído en mi ya remota adolescencia. Y es que es inédita esta muy erótica imagen de una marimacha apetecible que ha traspasado con gracia los cuarenta. Su seductora insolencia no llegué a verla ni siquiera cuando a María Bonita le correspondió encarnarla en la pantalla grande. ¿Dónde estaba metido este mujerón de la literatura venezolana que vengo a descubrir ahora?

Por los momentos, seguiré leyendo y (sin ironía, si es posible) tratando de encontrar a un especialista en Teoría de la Recepción que me explique este misterio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Será otro el Altazor que ahora está resignificando?

Anónimo dijo...

Seguro que es otro el Altazor que ahora lee.

No olvidemos aquellos exactos versos de Neruda:

"Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos".

Tecnorrante dijo...

Pues a releer a la Doña, que he leído varias veces, pero que ahora que mencionas, no he de haber leído todavía.

Revisaré el cielo a ver cómo andan los rebullones...

abrazo.