viernes, septiembre 15, 2006

Los desterrados hijos de Eva


Masaccio. Adán y Eva
expulsados del paraíso.

Una de las más viejas metáforas que conocemos es, sin duda, la de la existencia humana como destierro. Este cuadro de Masaccio, que siempre me ha impresionado, fue la primera imagen que vino a mi memoria cuando me dispuse a rastrear en la poesía venezolana el tema del exilio, a partir de la lectura del estupendo libro de Luis Alberto Crespo Tórtola de más arriba. Ahora pienso que son muchas las experiencias de destierro interno que hemos vivido en Venezuela. Por ejemplo, podríamos acudir a las páginas que Villarroel París le dedicó a la errancia de su padre por los campos petroleros para ilustrar un momento importante de las migraciones nacionales.

Hagamos el viaje. Busquemos en los poetas y escritores nuestros el dolor (y otras emociones) del exilio...

5 comentarios:

Guy Monod dijo...

No por evidentes, se pueden dejar fuera "Casas Muertas" y "Oficina N°1"

Me parece tambien haber leído acerca de una novela sobre la Huida a Oriente, de un reconocido escritor venezolano. Tal vez fue un proyecto inconcluso de Herrera Luque, trataré de recordar.

Perez Bonalde, ¿fue quien escribió "Vuelta a la Patria"?

Hasta Andrés Eloy Blanco podría mencionarse, pero más por exiliado que por poeta.

Y "Mi Padre el Inmigrante", por supuesto, si se toma en cuenta que a este país han llegado más exiliados que los que han salido.

Biscuter dijo...

Gracias, Guy Monod. Crece la bibliografía.

Verdad que "Mi padre, el inmigrante" es imprescindible".

Verificaré lo de Herrera Luque.

Un abrazo,

g. dijo...

ESTOY en medio de un viaje.....

Anónimo dijo...

el gran ANDRES BELLO leía el "poema del mio cid"-gran canto al destierro- en la inglaterra "dandiesca" mientras sufria los golpetazos del exilio en el BRITISH MUSEUM, undido en la niebla gris,sufria por una patria que lo bota para mas nunca dejarlo volver.
no sabia yo que este poeta habia sufrido tanto.
creo que este vale como exiliado.
"naturaleza da una madre sola
y da una sola patria..."

Biscuter dijo...

¡Qué bueno, José Miguel!

La estulticia en que se apoya la envidia (y que se confunde con ella) no permitió que Bello vovliera.

Creo que ya no es posible reparar ese daño.