En Venezuela no existe la “nobleza de toga”. Existe una especie de sindicato de la “academia”. Lo integran qjuienes durante todos estos años han contribuido a convertir nuestras casas de estudio en un remedo de la CTV.
Los saberes costosos. De ellos ha hablado inteligentemente Gabriel Zaid en muchos de sus artículos. Los saberes costosos provienen de onerosas y larguísimas investigaciones. Se imparten en edificios -también costosos- donde trabaja una burocracia que consume una importante cantidad de dinero en salarios, viáticos, becas, compensaciones, prebendas, canonjías. También consumen mucho papel los saberes costosos. Libros y folletos que nadie lee, salvo los autores o jurados de los mismos. El saber costoso le hace un inmenso rodeo al sentido común para llegar años después –si es que llega- a sus mismas conclusiones. Pero el sentido común no le sirve a las universidades porque no es costoso.
Así discurre Gabriel Zaid para disgusto de la burocracia epistémica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario