lunes, octubre 31, 2005

Melancolía


Ron Mueck

La exposición está en el Grand Palais de París y es, probablemente, la apoteosis universal de la melancolía, “bilis negra”, que le decían lo antiguos. Yo eché de menos una obra que no podía faltar, pero faltaba. Tengo la esperanza de verla algún día en El Tigre (por favor, no tomen este post como notitia criminis).

La impresionante exposición la cierra una escultura del australiano Ron Mueck, sol negro de la melancolía..

Que Saturno, el señor de los anillos, nos proteja.

6 comentarios:

Henry S. dijo...

Leo este post un melancólico dia festivo(Dia de todos los santos). El primer dia de noviembre, en medio de el otoño. Un dia grisaceo, ya casi llueve... A media tarde...acabo de despedir a un viejo amigo que hacía tres años que no veía...

(El post lo leo en un blog que se titula "El azar concurrente")

Tecnorrante dijo...

No entré en la exposición del Gran Palis. ¿Porqué razón? Mejor no entrar en razones porque podría descubrir que soy más bolsa que lo que pensaba. Pero anotaré el nombre de Mueck y lo buscaré virtualmente para evitar las continuas miradas de reproche que me arroja el espejo.

Salud y vino, Altazor!

Anónimo dijo...

¿Todavía están en París? Supe que ya tenías ampollas en los pies, de tanto "flanear" por París. Es la mejor manera de conocerlo, de perderse, de disfrutarlo. Cuchi lo caminó tanto en febrero que "le dolía hasta el Pont del Alma". Así les debe haber pasado a ustedes.

Otra exposición estupenda es la de Dadá en el Pompidou. Y la de los rusos en el d`Orsay.

Tecnorrante dijo...

Ya estamos en Caracas, desde el Lunes. La exposición Dadá en el Pompidou me la recorrí de cabo a rabo, fue de lo mejor que conseguí en París, pues ya sabes que el Dadaísmo es uno de mis fanatismos. Aunque me hubiese gustado recorrer más exposiciones, ya los pies no nos daban para mucho más.

Será para la próxima! Pues creo que habrán muchas 'próximas' veces.

Anónimo dijo...

Les invito a visitar este blog:

http://simonleprince.blogspot.com

Henry S. dijo...

Y quien será ese que lleva mi nombre?